Cerrar
Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

Creado:

Actualizado:

PARA QUIEN TRABAJA en un andamio o cuida plantas de tomate en un invernadero almeriense, la labor de un diputado no debe parecerle ni mucho menos extenuante, ni siquiera necesitada de descanso, y eso es porque la sociedad sólo ve el aspecto más superficial del trabajo legislativo, que es el enzarzamiento político o entre políticos, el cruce de epítetos o infundios entre la oposición y el Gobierno, ganando habitualmente en ferocidad la oposición, o las imputaciones tan a menudo falaces y que nunca terminan descalificando moral y políticamente a quien las imputa. En esto, ningún partido puede tirar la primera piedra. Ya está el nuevo curso político entre bastidores, a punto de salir a escena, y algunos diputados que hace días empezaron a desentumecerse recitan ya su papel ante el público. Hoy comparece el ministro Bono en el Congreso para explicar el trágico desplome de un helicóptero español en Afganistán, y sus causas provisionalmente investigadas, pero ya un diputado popular de la comisión de Defensa ha dicho que el ministro es «un trilero» y que «no merece confianza». Lo más sensato sería que el ministro y el partido que lo califica de trilero suspendieran la comparecencia o que ésta se celebrase ante quienes consideran al titular de Defensa una persona digna. Pero no va a ser así. Bono comparece hoy y los diputados populares tal vez finjan vigilarlo para ver en cual de sus tres cubiletes oculta la bolita. Si esto es hacer política, más valdría que el nuevo año parlamentario se aplazase hasta que los diputados recibieran un cursillo intensivo de urbanidad. Vienen algunos diputados de las vacaciones con las pilas recargadas, y así se ve como el popular Martínez Pujalte pretende resucitar la comisión del 11-M porque en la investigación judicial de aquellos atentados apuntan novedades de cierta importancia. Hay a quien la pretensión de Pujalte le ha parecido una injerencia jurídicamente inaceptable en la tarea de la Justicia, pero otros diputados del PP desearían seguir moviendo la chocolatera del 11-M para seguir descalificando sus efectos tres días después, el 14, en el que el PP pedió las elecciones. Pero no todo es criticable en el desperezamiento popular. Rajoy demuestra cierta sensatez al aconsejar que se aparque la reforma del estatuto catalán, por el bloqueo que sufre, y que la Generalitat empiece a gobernar. Y las comunidades autónomas gobernadas por el PP acusan de cicatera y rechazable la propuesta del Gobierno, estimada en tres mil millones de euros, para suavizar el déficit sanitario. El asunto, en verdad, merecería un tratamiento más concienzudo y, por supuesto, consensuado, aunque 3.000 millones de euros tampoco merecen el calificativo de «limosna coyuntural» que le ha aplicado una consejera de la autonomía madrileña.

Cargando contenidos...