Diario de León

VENTANA ABIERTA

Ricos en la costa

Publicado por
IGNACIO RAMONET
León

Creado:

Actualizado:

LA COSTA ES la Azul, la Riviera francesa, en donde, como cada verano, paso unas semanas de descanso. Hubo un tiempo en que venían aquí, a esta zona edénica del Cap d'Antibes, no sólo los millonarios sino, sobre todo, los artistas, pintores y escritores célebres. Muchos han dejado un recuerdo indeleble: Maupassant, Julio Verne, Anatole France, Simenon¿ Pero, como se sabe, fue el novelista estadounidense Scott Fitgerald quien más marcó el lugar, inventó en los años 1920 la playa de Juan-les-Pins y escribió, en una villa transformada ahora en el Hotel Belles-Rives, una de sus novelas mas desesperadas: Tender is the night. También, entre muchos otros autores, residieron en este rincón del paraíso, hasta su muerte, el griego Nikos Kazantzaki, quien escribió aquí El Cristo recrucificado y Carta al Greco , el alemán Ernst Jünger autor de Una tarde en Antibes , y el inglés Graham Greene que redacto en su pisito de la calle Pasteur varias de sus obras maestras: Viajes con mi tía , El cónsul honorario y El factor humano . Entre los pintores, han inmortalizado en sus lienzos los paisajes de Antibes desde Monet hasta Hans Hartung pasando por los principales impresionistas, así como Léger, Braque, Chagall, Picasso y el luminoso Nicolas de Stael¿ A esos tiempos de arte y creación ha sucedido la era de la ostentación y del despilfarro. Ahora, la prensa y el vecindario lo que comentan es la llegada de los multimillonarios. Me dice un señor italiano que posee villa y piscina en estos pagos que «todo el mundo» está atento a la llegada de Paul Allen, el cofundador, con Bill Gates, de Microsoft, y uno de los hombres más adinerados del mundo: «Sabremos que ha llegado -me informa- cuando veamos despegar un helicóptero de un gigantesco yate valorado en 200 millones de euros¿ Posee además un submarino con ocho hombres de equipaje dispuestos a llevarle a visitar las profundidades del mar¿». Este año, por la muerte del rey Fahd y del luto, los saudíes y su pasión por lo fasto están ausentes. Pero los rusos ocupan el terreno quizá con más fanfarronería en la exhibición de signos exteriores de lujo. Lo compran todo y ponen los precios de los pisos y de las casa por las nubes. Sólo se desplazan a bordo de Porsche, Ferrari, Bentley o Maseratti... Me cuentan que Boris Eltsine, con un batallón de guardaespaldas armados, está veraneando en su faraónica propiedad, y veo de vez en cuando pasar verdaderas caravanas presidenciales. Pero lo que más se comenta es como el multimillonario británico Philip Green inauguró la temporada gastándose en la bar-mitsva (comunión hebráica) de su hijo más de seis millones de euros¿ Al parecer, Green alquiló durante tres semanas las 44 habitaciones y nueve suites (a 1.400 euros la noche) del prestigioso Gran Hotel de Cap-Ferrat. Mandó construir una sala de conciertos y un templo de piedra frente al mar en medio de las palmeras¿ Fletó un Boeing en el que trajo de Londres a sus doscientos invitados, para los cuales alquiló una flota de coches deportivos en Mónaco¿ Con lo despilfarrado en tal festejo, según datos de la ONU, se podían haber curado y salvado de la muerte por inanición, en Níger, 75 000 niños...

tracking