Reforma de los estatutos y autonomía leonesa

Como MIEMBROS de la Plataforma Regional pro-Identidad Leonesa asistimos a las asambleas extraordinarias de la citada asociación, de fechas 01-04.2005 y 20.05.2005, en las que se aprobó tener conversaciones con los partidos políticos para transmitirles nuestra preocupación, como leoneses defensores de nuestra identidad, de lo poco que se está haciendo desde el ente autonómico y las pocas o nulas perspectivas de cambio que se muestran en las instituciones y partidos políticos. En ningún caso se aprobó apoyar las actitudes de ningún partido sino que el sentir unánime de la asamblea fue que «tanto la reforma estatutaria como la reforma constitucional deben permitir la creación de una autonomía leonesa si así lo deciden los ciudadanos». Recientemente el presidente, junto con otros miembros de la plataforma, realizó una rueda de prensa afirmándose en lo dicho, por lo que no podemos entender que nadie (salvo que sea a título personal, puesto que hasta ahí alcanza la facultad de disentir) se tome la libertad de apoyar al PSOE en nombre de nuestra plataforma afirmando que «valoramos positivamente la iniciativa socialista», cuando esta iniciativa no alcanza los mínimos aprobados en las citadas asambleas. Estamos de acuerdo en que las propuestas del PSOE (porque las del PP no existen -si acaso todo lo contrario puesto que se reafirma en la actual situación- y las de otros partidos todavía no las conocemos) son unas migajas, que para un hambriento siempre son buenas, pero en este momento no podemos conformamos con cualquier resto del pastel. Dado que se van a cambiar todos los estatutos, incluido éste de Castilla y León que nos fue impuesto a todos los leoneses, es el momento de exigir todos los derechos a los que renunciaron nuestros políticos -de hace 25 años y actuales- ya que no existe nadie con más antigüedad y más derecho histórico que la Región Leonesa para reclamar lo que la Constitución reconoce a todos los españoles en su artículo 2: «El derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que integran la nación española». Ahora que los estatutos se están m odificando y que algunos como el valenciano incluso está ya consensuado, los leoneses no podemos conformarnos con ser meros convidados de piedra sino que debemos reclamar nuestro derecho constitucional a participar en la construcción de una nueva realidad del Estado. Vemos, incluso con disgusto, que la situación de hace 25 años se repite (es bueno tener memoria histórica, para no caer en las mismas trampas): los socialistas leoneses vuelven a tener un lenguaje en los medios de comunicación de León y para uso de los leonseses, que luego no se recoge ni siquiera en la propuesta de modificación de estatuto presentada por Miguel Martínez al comité autonómico de su partido fuera de León, ya que en la misma se dice textualmente: «El dialecto leonés será considerado un valor esencial para la identidad de la comunidad de Castilla y León y será objeto de especial protección y apoyo...» Luego la lengua leonesa se convierte en dialecto y en castellanoleonesa. Habrá que decir a cualquier castellano «orbaya un pocu, arrima los cuarterones con cuidau que no tranquen que yie que tengo a lavar las rodeas y no puedo secar la encimera» y veremos que entiende de lo dicho. Quienes con lo que hoy se da en llamar «sensibilidades distintas» nos integramos en la Plataforma Regional Pro-Identidad Leonesa no podemos apoyar una reforma que ignora dicha identidad y que continúa defendiendo la inexistente «identidad de la comunidad de Castilla y León», negando de un solo plumazo hasta el derecho de la existencia del pueblo leonés, apoyando la cultura y la historia impartidas por el ente y las manipulaciones y tergiversaciones de la Fundación Villalar que, según propia confesión ante el Juez, «no son hechos sino opiniones», por lo que, curiosamente, al no tratarse de un medio de comunicación (¿?) no tiene que atenerse a la verdad de los hechos y -por lo que parece- puede seguir mintiendo impunemente. Todo ello, por no mencionar la propuesta que llevarán a las Cortes para la reforma del Estatuto, que se puede consultar en www.psoecyl.org/imágenes/noticias/ReformaEstatuto.pdf y que se califica por sí sola pero que puede resumirse diciendo que vuelven a negar nuestra existencia, no ya actual, sino incluso nuestra historia; lo único que queda claro, por el contrario, es el centralismo de Valladolid al nombrarla estatutariamente como la sede de todas las instituciones importantes de la Comunidad que son las que crean puestos de trabajo. Desgraciadamente, la pertenencia a esta comunidad impuesta llevó a León, de una situación media en el ranking de las provincias españolas, hasta una posición de cola, por lo que no creemos que ningún leonés pueda considerar que perpetuar la nefasta situación actual, no sólo de León sino de todo el País Leonés, represente ningún beneficio. Desde la creación de esta autonomía, impuesta a los leoneses, conviene repetirlo de nuevo (a ver si algún alcalde de hace 25 años tiene el valor de contar públicamente lo que cuenta en privado y comenzamos a poner las cosas en su sitio), los intereses del País Leonés y de los leoneses estuvieron totalmente indefensos ya que nunca un parlamentario escogido por los leoneses (PP, PSOE, IU) ha votado en las Cortes del Ente autonómico en contra de su partido por mucho que su voto dañara los intereses de León y continúan demostrándonos que siguen en la misma línea. Las declaraciones del Sr. Villalba, que cumple con su trabajo de n.º 1 de la lista de Valladolid, en una reciente entrevista publicada en Diario de León y que nos recuerdan que «Castilla y León es una gran región y no debe romperse», así como las del Sr. Martínez en otra entrevista, «Esta región está cerrada y no se puede volver a abrir» no pueden llamarnos a engaño ¿dónde queda el birregionalismo, tan cacareado en León? ¿dónde la importancia de la «y»? Pero todavía sorprenden más estas afirmaciones cuando leemos en la prensa la siguiente frase del secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, leonés por más señas, José Luis Rodríguez Zapatero, «El concepto de nación es discutido y discutible». Si el concepto de nación, de España, es discutible ¿cómo es posible que «esta región» (como la llama Miguel Martínez con evidente desprecio de la realidad birregional de esta Comunidad) esté cerrada y no pueda volver a abrirse? ¿Es acaso más sacrosanto el concepto de Comunidad Autónoma que el de Nación? No hay nada cerrado, políticamente hablando, todo depende, desgraciadamente, de la voluntad de los políticos. Y la voluntad de los políticos depende de los votos. Tal vez lo que haya que hacer es recordar a éstos, a todos ellos, socialistas o populares, escogidos y pagados por los leoneses, que existe el voto en blanco, que es tan democrático como cualquier otro, pero que demuestra la poca confianza que se tiene en ellos por sus actuaciones contra los intereses de sus administrados. A lo mejor hay que plantear a la asamblea de Plataforma Regional pro-Identidad Leonesa la posibilidad de hacer campaña en este sentido. Llegará un momento en el que, cumplido el plazo, tampoco podremos apoyar a los políticos de otros partidos que aparentemente defienden la autonomía leonesa, ya que a estas alturas de la película, y cuando en el resto de los territorios del Estado se ha abierto el melón de la reforma de los estatutos, sin ningún tipo de escándalo, algunos, aquí, no han dicho nada sobre el cambio de éste que nos gobierna y nos acoge con tanta energía protectora. Tal vez, cuando se pronuncien sobre sus intenciones ya estará todo dicho en el Ente autonómico y no quedará ni tiempo ni margen de maniobra.