Diario de León

TRIBUNA

El PSOE y la reforma del Estatuto

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DURANTE las últimas semanas, el Partido Socialista está hablando de la reforma del estatuto de Castilla y León. Parece que quiere llevar la iniciativa sobre el resto de partidos y marcar las pautas de la negociación. Me ha llamado la atención unas declaraciones del señor Marcelo Alonso, portavoz del Partido Socialista en la Diputación Provincial de León, publicadas el 3 de agosto en la capital leonesa. El señor Alonso habla de cuatro puntos. El primero trata de la birregionalidad. El segundo, que figure, dice, nuestro propio acervo cultural e histórico de León y los leoneses. El tercer y cuarto puntos sólo son meras palabras de demagogia, muy bonitas, pero imposibles de realizar dentro de la actual autonomía. Los dirigentes socialistas leoneses, no sus bases, no son serios. Todo lo que dicen tiene trampa y cartón. Llevan más de veinte años tomando el pelo y engañando a los leoneses. El PSOE es el mayor y casi único culpable de la integración de la región leonesa en la autonomía vallisoletana, utilizando los más disparatados modos, incluso amenazas y chantajes, para lograrlo, como explicaba en una tribuna de opinión, publicada el 8 de enero pasado, en este mismo diario. Después de más de veinte años, el PSOE ni ha arreglado el error, ni lo ha reconocido, ni ha demostrado arrepentimiento. Cuando el señor Alonso habla de birregionalidad, ¿qué quiere decir? No lo explica y me temo que no se atreve porque no diría el profundo significado. El prefijo bi, apócope de bis, significa dos, o sea, dos regiones. Y si son dos regiones, su obligación y la de su partido sería pedir sendas autonomías, una para cada región, y así cumplir con el artículo 2 de la Constitución. En ningún momento aparece en sus comentarios esta posibilidad. El punto segundo, el acervo cultural e histórico de León y los leoneses, tampoco lleva aparejada ninguna explicación. Me temo que tampoco se atreve, porque no podría cumplirla. Por ejemplo, tendría que decir que en los centros de enseñanza se iba a estudiar la Historia del Reino de León, que ahora no se estudia. Quiero recordarle al señor Alonso que en el primer gobierno autonómico vasco fue un consejero socialista el que impuso la enseñanza de la Historia y Geografía de Euskalherría, que hasta entonces no se estudiaba. Por cierto, tan manipuladas, que hoy un niño vasco llega a conocer la aldea vasca más pequeña, pero no sabe donde está Zamora, Cáceres o Pontevedra. En sus comentarios no aparece por ningún sitio el estudio y conocimiento de todo aquello que nos identifica como leoneses, así como las diferencias de identidad con los castellanos. El tercer y cuarto puntos, mejor dejarlos como están porque entraríamos en una discusión sin final. Sólo se me ocurre decir, que, mientras la región leonesa esté integrada en la autonomía de Valladolid (oficialmente de Castilla y León) será imposible su realización. Puntos sin contenido real Las manifestaciones hechas por el dirigente del Partido Socialista parecen la presentación de su candidatura para ser ministro o la formación de un circo político. No significan una defensa de los intereses y de los derechos de los leoneses, ni siquiera un mínimo cambio en los planes socialistas que puedan beneficiar o paliar el estado de ruina económica de esta región. Son sólo pura estrategia para conseguir más votos en las próximas elecciones municipales y autonómicas Las manifestaciones socialistas sobre la reforma del estatuto autonómico, tal como las tienen planteadas, no tienen, ni pueden tener ninguna credibilidad. Las pautas a seguir las marcan naturalmente los que mandan de verdad, los más altos dirigentes. Tenemos, por ejemplo, unas manifestaciones del ministro del Interior, señor Alonso, diciendo que él es muy castellano y muy leonés, o sea, castellanoleonés. Deserta de la identidad leonesa y abraza la nueva identidad impuesta por Valladolid. Por si estas manifestaciones son poca cosa, tenemos las declaraciones del mismísimo Presidente del Gobierno de España. Unas veces dice que es leonés y otras que nació en Valladolid. Y por si quedara alguna duda, el propio señor Zapatero, en el Consejo de Ministros, celebrado en León el año pasado, a la pregunta de un periodista si iba a pedir la autonomía para León, contestó que la autonomía actual estaba perfectamente consolidada. Es otro castellanoleonés Las manifestaciones de los señores Zapatero y Alonso marcan las pautas a seguir por los socialistas sobre el futuro de León. Desgraciadamente el futuro de la región leonesa está, hoy por hoy, en manos de leoneses que se sienten muy castellanos, es decir, castellanoleoneses, que trabajan por y para Valladolid. Como prueba esta «pequeña» estadística. En julio de 2004 la provincia de León tenía 16.784 parados registrados. A pesar de los «grandes esfuerzos» del señor Zapatero, un año después, en julio de 2005, la provincia de León tiene 22.832 parados registrados, un 36% más en sólo un año de mandato de un castellanoleonés al frente del Gobierno de España. Mientras Valladolid ha reducido su paro. La vergüenza del partido socialista es haber convertido la región leonesa en un simple apéndice colonial «el oeste» de la autonomía vallisoletana, robándole los inmensos recursos económicos, incluídos los impuestos, para enriquecer a otros. Ni esta reforma ni ninguna otra va a conseguir que la región leonesa tenga los mismos derechos y libertades que el resto de las regiones españolas, simplemente porque los derechos y libertades no tienen reformas ni sustitutos. Se tienen o no se tienen y la región leonesa no los tiene Basta ya de planes de birregionalismo, de identidad castellanoleonesa, de confundir democracia con demagogia, de llenarse la boca con el término democracia y de regeneración democrática al más puro estilo batasuno. Devolved a los ciudadanos de la región leonesa en forma de autonomía propia los derechos y libertades que le fueron usurpados con métodos antidemocráticos. La libertad no tiene sustituto. La reforma no trae libertad. Vivimos en un Estado de Derecho donde todos tenemos la obligación de someter nuestros intereses ante una misma ley que sea igual para todos.

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