Diario de León
Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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DESPUÉS de haber transcurrido el que para muchos ha podido ser el año (y medio) más duro y difícil del PP, tras su derrota inesperada en las urnas de marzo de 2004 y la toma de tierra de su líder Rajoy, éste se dispone a iniciar una etapa nueva, coincidiendo con el nuevo curso político. Rajoy se propone, de un lado, introducir modificaciones en su estrategia opositora: «Hay quedar respuesta a las inquietudes de la gente; no basta con hacer oposición, con oponerse a lo que hace el Gobierno», dijo en Pontevedra. Pero, además, se propone cambiar el programa de actuación y prioridades del PP, actualizándolo para adecuarlo a los nuevos retos de futuro, al tiempo que se consolida como alternativa al Gobierno socialista. Sin embargo, como primera de esas tareas, y «para no ser coartada de los desaguisados de Zapatero», Rajoy se limitó a oponerse a lo que hace el Gobierno enumerando las cuestiones de este agosto intenso: Rajoy reprochó a Zapatero su gestión en los incendios, el suceso de Roquetas, la reaparición de Batasuna, la presencia de España en Afganistán... Cabe preguntarse si Zapatero y su Gobierno pudieron actuar de otro modo en el caso de los 11 muertos del incendio forestal del Alto Tajo, toda vez que la gestión de los incendios es materia autonómica, como cabe opinar si en el 'caso Roquetas' actuó mal el Ministerio del Interior al desautorizar la actuación del cuartel en pleno, o si el PP aspira a que España retire sus tropas de Afganistán. Posiblemente la crítica más adecuada sea la que relaciona a Zapatero con una cierta reaparición en escena de Batasuna. En cuanto al PP que vislumbra Rajoy, merecerá abundantes atenciones en el futuro, pero parece obvio que a su máximo líder no le gusta su situación y pretende renovar proyecto y mensajes. Parece más reacio a renovar personas, que siempre suele ser lo más sencillo y lo que en mayor medida le reclaman las bases. Pues bien, para actualizar ese PP heredado de Aznar y de Fraga, Rajoy se propone convocar una convención el próximo febrero en la que deberá actualizarse el partido pensando en los veinte años siguientes. ¿Eso aproximará al PP al poder ante las elecciones de 2008, o viene a entretenerlo en la improbabilidad de que alcance el poder perdido? Rajoy quiere refirmar principios, adelantar el futuro y que el PP aporte soluciones a los problemas de ahora mismo y los que vendrán: la idea de España, la integración de los inmigrantes, la economía en el mundo globalizado, el Estado del bienestar, las políticas de dependencia... Algún observador señalará que es un reconocimiento por parte de Rajoy de que con el actual PP no llega a ninguna parte.

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