Otra realidad

A VECES ME PREGUNTO si los responsables políticos no terminan perdiendo el sentido de la realidad. Me refiero a la realidad de los ciudadanos. ¿Que cuál es la realidad de los ciudadanos? Por ejemplo que los servicios públicos funcionen y que no continúen desmantelando el Estado del bienestar. Si repasamos lo que sucede con la sanidad, nos encontramos con que las famosas fundaciones puestas en marcha por el Gobierno del PP no están precisamente beneficiando a los ciudadanos. Si echamos un vistazo a la educación pública, nos encontramos en que aquí el déficit, si cabe, es aún mayor, con colegios públicos que adolecen de medios suficientes sobre todo para hacer frente al reto de integrar a los niños hijos de inmigrantes. Hacen falta más residencias para nuestros mayores. Hace falta que las familias que tienen mayores dependientes obtengan ayuda por parte de la Administración. Es urgente que se haga realidad, es decir, que no sea papel mojado, el que las mujeres trabajadoras que deciden tener un hijo no se vean a la hora de la verdad penalizadas en su trabajo. Es intolerable que un ciudadano entre en un cuartelillo de la Guardia Civil y salga muerto. Etcétera. Pero, en estos momentos, nuestros políticos debaten sobre asuntos que poco tienen que ver con éstos o con otros muchos de los que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos. Es más, dedican buena parte de su tiempo en hablar y debatir asuntos que desde luego no están en las preocupaciones inmediatas de la sociedad. Por eso, ya digo, son demasiadas las ocasiones en que gobernantes y gobernados habitamos en distintas realidades.