El señor Turrado y el convidado de piedra

Cuando uno está despechado, amargado, sin horizontes vitales encaminados hacia ninguna parte y encima no da la estatura, se pone ante un ordenador o a dictar al negro de turno que le escriba, no le salen más que sandeces de su cabeza si es que en ella hay alguna otra cosa. El señor Turrado no acaba de entender, porque no da para más, que el señor Zapatero sea presidente del Gobierno, sea secretario general del PSOE, sea secretario general de la Federación Socialista Leonesa, siempre ha acudido a la Fiesta Campesina de Ugal-UPA y ya van XXIII, así en números romanos, para ver si el señor de Pinilla se entera. En esta fiesta, que no organiza nadie sino el sindicato Ugal-UPA, no hemos hecho otra cosa más que invitar a un amigo que, cosas de la vida, es el señor presidente del Gobierno. En cuanto a comprar pisos con dinero de las ayudas de la PAC y en la capital, que diga el susodicho Turradín dónde vive él y qué piso tiene. Que diga que es el único de los dirigentes sindicales agrarios de la provincia de León que vive en un lujoso piso de la capital leonesa. Las contradicciones de este dirigente sindical son tan grandes y reflejan una idiocia tan enorme que es para tomarlo a risa o correrlo a gorrazos. ¿Acaso no hemos defendido siempre las organizaciones agrarias que los agricultores tienen los mismos derechos, y por supuesto las mismas obligaciones, que el resto de los conciudadanos? ¿Acaso no pueden comprar un piso donde quieran, como quieran y como puedan los agricultores? Piensa el ladrón que todos son de su condición. ¿Quién le ha dicho a este señor que el piso comprado por los agricultores, ya sea en León o en Punta Cana, lo han comprado con el dinero proveniente de las ayudas de la PAC y no con el esfuerzo familiar? Piensa, en el colmo de los retortijones de sus neuronas, que la fiesta se organizó en torno a la capital para asegurar el éxito, y eso demuestra por un lado que no conoce a nuestros afiliados y que él es incapaz de organizar un evento como éste porque no le iría ni su presidente, y por otro que no conoce a los agricultores a los que dice defender, pero de los que vive. Para un agricultor es más fácil desplazarse a otro pueblo que a la capital cuya aglomeración de tráfico siempre los ha puesto nerviosos. Y, como no ha ido nunca a ninguna fiesta, no sabe que el mayor recibimiento y el más caluroso al señor presidente se lo proporcionan los agricultores, y no sólo los de nuestra organización, pues también los hay de la suya, que lo abrazan y lo besan, porque no son tontos y saben que las competencias en agricultura están transferidas a la Junta de Castilla y León, y que son los amigos del señor Turrado, Valín y Herrera quienes administran los bienes agrarios y los que posibilitan las ayudas a los agricultores y ganaderos. Comparemos el R.D. de la sequía emitido por el Gobierno central y cómo lo ha dejado la Orden de la Junta de Castilla y León. Que sepamos, las comarcas afectadas en la provincia de León las ha fijado la Consejería de Agricultura, comandada por su amigo el señor Valín. ¿Por qué en otras provincias con iguales daños por sequía que en León entran todas las comarcas y en León sólo tres? ¿Cuándo van a proceder a pagar las ayudas de la PAC? ¿Quién firma la carta autopropagandística que se le envía a los beneficiarios? Se lo decimos nosotros: o Valín o Herrera, nunca el señor Rodríguez Zapatero. A propósito, ¿por qué no se manifiesta ahora junto a sus amigos de Coag contra su amigo Valín por el tema de las comarcas leonesas dejadas fuera de las ayudas y sobre todo el sector de ovino-caprino leonés privado de estas ayudas por real gana del señor Valín? ¿Qué pasa, que ahora no les suelta la mosca para pagar los gastos de la manifestación, al igual que para la otra manifestación antigubernamental? Cuando el señor Cañete se reunía con los de Asaja se debía a que eran los que tenían más razón que los demás o era porque era afiliado. No nos venga con milongas de que es la organización más representativa, señor Turradín, que se le ven los colores y sabemos cómo se hacen las elecciones y conocemos quién ayuda a quién. ¿Acaso no has reconocido en privado que más o menos en cuanto a afiliación se refiere todos estamos en igual número, e incluso nos atreveríamos a afirmar más: tenemos más afiliados que Asaja, pero claro no contamos con el apoyo de la Junta porque no somos de su onda política ni formamos parte de la gran patronal. Sólo somos sindicalistas y, como tal, estamos en organizaciones sindicales de ámbito nacional y únicamente nos mueven los intereses profesionales de nuestros afiliados, sin ataduras políticas, y la muestra la tienes, Turrado, en que nuestra cooperativa, aún a pesar de la Junta, funciona y cabalga, mientras que tu ladras porque el único intento empresarial que has montado ha fracasado estrepitosamente, dejando a los agricultores en las dignas manos de los empresarios dueños de la planta de alfalfa deshidratada en Luengos. Esa es nuestra tarjeta de visita, mucho mejor que la tuya, Turrado, y nosotros no tenemos la culpa de que estés amargado y acomplejado porque el señor Aznar ni ninguno de sus adláteres en ocho años de gobierno viniera a verte. Será, tal vez, porque no tenías ni tienes estatura ni sindical ni de la otra. Mira, Turrado, las posturas sindicales se defienden en común cuando hay temas comunes que afectan a los agricultores y ganaderos y por ellos es por los que hay que luchar, pero es muy difícil defender una postura cuando el interés que la mueve es política y además promovida desde una administración regional que se debe a todos, o es que sólo se debe a todos el gobierno central y no la Junta, que solamente atiende a sus amigos. Sabes de sobra, Turrado, que casi todo lo referente a la agricultura está en manos de la Junta de Castilla y León que es la que gobierna esta autonomía, por si aún no te has enterado, y te quito la duda de que no habrá alguno sino cientos de agricultores que se pelearán por saludar al presidente del gobierno, aunque se arruinen, como tu dices, pero saben de sobra que al menos pondrá de su parte lo indecible para que eso no suceda, pero lo que sí está claro es que muchos de la Asaja no se pelean por saludar a Valín ni a Herrera. Si quieres una reunión con el presidente Rodríguez Zapatero, escribe a la Moncloa y solicita una reunión. No creemos que te la deniegue, no es su estilo, como sí hacen tus amigos, pero no pretenderás que en una fiesta por nosotros organizada y a la que acude como amigo, porque siempre lo ha hecho así, nos impongan los invitados. O es que cuando tu celebras una fiesta en tu casa los invitados te los impone Marino. Que recordemos, vino a León a celebrar un Consejo de Ministros y recibió a los representantes de todas las organizaciones agrarias. Dudo de que el señor Aznar hiciera lo mismo, empezando porque no vendría a León a semejante acto y siguiendo porque no tendría nada que ofrecer a las gentes del campo. Te lo repetimos por enésima vez, muy duro de mollera eres a no ser que las ideas se den en las grandes alturas y en las bajuras sólo exista la vacuidad: no es por casualidad que por segundo año consecutivo venga el señor Rodríguez Zapatero a nuestra fiesta y que seamos los mismos. Siempre ha venido, como amigo y en función de tal como invitado, independientemente del cargo que en su momento ostente, y vendrá siempre que quiera porque la invitación se le hace de un año para otro, así, sin má,s como con los amigos se ha hecho siempre en esta tierra leonesa. Si estamos seguros de una cosa, si invitásemos a tus amigos, no nos iban ni el cura que dice la misa ni el que vende los helados y las chucherías. Tus correligionarios, mira las hemerotecas, son los que promovieron la normativa de eliminación o extinción del Régimen Especial de la Seguridad Social Agraria, y está escrito que cuando en los tiempos de Rodrigo Rato como responsable de la economía nacional se solicitó al Gobierno ayudas para paliar la subida del gasóleo, entonces más fuerte y más dañina que ahora, la contestación del Gobierno fue intentar que se suspendiera la manifestación de varias organizaciones, entre ellas UPA, y luego aparte de no recibir a nadie, reírse de las propuestas y peticiones y por supuesto rechazarlas frontalmente en tanto que se les daba a ciertas empresas eléctricas ingentes sumas de dinero como donativo por las pérdidas económicas que tuvieron. De reunirse con sus amigos, repartirse el pastel e ignorar a quienes no son sus acólitos saben bien los amigos del señor Turrado, aunque a veces a éste le cabrea que no sigan sus directrices porque quiere ser el cura, el difunto y el repicador en el entierro. Pero bueno, Turrado, no te desanimes: para otra remodelación queda lo de ser director general de producción agropecuaria.