EN BLANCO
¿Quién pone el dinero?
HAY QUE PONER más dinero para financiar la sanidad pública, pero, ¿quién lo pone? Esto es lo que se debate hoy en la Conferencia de Presidentes autonómicos, donde el Gobierno también propone echar mano de la vieja receta conservadora de subir los impuestos indirectos. La propuesta del Gobierno, aunque muy criticada por el Partido Popular, va por el buen camino o, por lo menos, por un camino posibilista. Si el Estado asumiese la integridad de la deuda, daría el mismo trato a las autonomías que han gestionado bien sus recursos que a las que han derrochado. También a las que han ampliado su catálogo de prestaciones que a las que no lo han hecho. Aumentar las prestaciones es legítimo, pero el dinero adicional que se necesita debe salir del bolsillo de los posibles beneficiados y no del de todos los ciudadanos, pues la solidaridad está para garantizar una asistencia sanitaria básica común, no los extras. En cualquier caso, es inevitable que el gasto sanitario crezca y por eso es necesario dedicarle más dinero, sin olvidarse de mejorar la gestión (muy mejorable) para evitar que ese crecimiento se descontrole. Los ciudadanos esperan que ese dinero salga del pacto y la corresponsabilidad fiscal entre Estado y Autonomías, lo que permitirá crear los mecanismos de compensación necesarios y poner por última vez a cero el contador del déficit sanitario. Pero eso pasa también por que las autonomías asuman el desgaste de recaudar más impuestos para financiar su déficit sanitario, o que lo compensen recortando otros gastos, en capítulos como el de festejos varios.