Luz, más luz

YA SE SABE que la televisión se empeña constantemente en meternos en casa a personas que procuramos evitar en la calle. Esta vez salió en la pequeña pantalla, que si bien se mira es realmente bastante grande, un señor muy satisfecho explicándonos a todos que el asalto a Endesa es muy bueno para España y que lo mejor es que la energía del Estado tenga su sede en Barcelona. ¿Qué sabemos los pobres lo que es bueno? Sólo sabemos que seríamos menos numerosos si no hubiera tantos ricos. El presentador oficial de la OPA hostil es un tipo sumamente desagradable, de sonrisa constante y mirada indefinida, que trató de innovar la metáfora: «Nosotros ponemos hoy el semen y en nueve meses tendremos la criatura», dijo muy ufano a todas las cámaras de televión qe quisieron poner delante el presidente de Gas Natural, mostrando en su melifluo rostro un anticipado regodeo. Vaya por delante que no me importa demasiado que la luz que nos alumbra cuando no se producen esos terribles apagones sirva para enriquecer a unos o a otros. Depredadores hay en todas partes, ya que la codicia es una nacionalidad. Lo que no me explico del todo es que el tripartito incluya ese tipo de operaciones. Si Zapatero es un pánfilo de siete suelas estamos en vísperas de un traqueteo importante de esa coctelera que llamamos España. El Barça, que es más que un club, no quiere ser menos que un partido político y en el pecho mercenario de sus grandes ases de importación lucirá propaganda del estatuto. Pues qué bien. Ya sólo falta que los banderines del corner sean sustituidos por banderas de los partidos políticos, para transformar a los hinchas en militantes. A eso de echarnos a pelear unos con otros le llaman «potenciar operadores estratégicos». La Caixa frente a Caja Madrid. Un partido de máxima rivalidad entre los que quieren llevarse nuestro dinero a manos llenas. Endesa rechaza la OPA, no sólo por hostil, sino por «insuficiente». Llegarán a un acuerdo. No me cabe la más mínima duda.