Diario de León

EN EL FILO

La hora europea de ZP

Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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REGRESA el presidente Rodríguez Zapatero de Estados Unidos dejando instalada su Alianza de Civilizaciones en la agenda internacional de las grandes ideas a debatir, cuando sea su momento. Y en Europa le espera una escasez de ideas alarmante. Los sondeos electorales parecen haber perdido la cabeza en Alemania, estirando a última hora las expectativas de Schroeder y reduciendo las de Ángela Merkel, sobre la cual tampoco las expectativas alemanas son muy altas. Lo grave sería que perdieran la cabeza los líderes europeos, si consideramos líderes en una exageración traslaticia a los veinticinco jefes de gobierno de la UE, pertenecientes a una cosecha política muy poco afortunada. Afortunadamente, ninguno de ellos va a actuar en sentido contrario al señalado por las circunstancias, entre otras razones porque la señal de las circunstancias es la de stop, de parada transitoria mientras la UE digiere lo absorbido últimamente, diez países, y asimila los cambios en el escenario mundial, que se va desplazando hacia Oriente y sobre el que actúan nuevas tensiones y protagonistas. En la UE sólo mantiene cierta vitola de líder Tony Blair, dado el proceso electoral en Alemania, donde los sondeos se habrían vuelto locos, y dada la situación en Francia, donde el poder sería la aureola que adorna con más o menos brillo a quienes van a disputarse el trono de Chirac. Y en un momento así, el país más europeísta, como es España, tiene la oportunidad y la obligación de ejercer una cuota de liderazgo europeo. Al desviar nuestra política exterior del exclusivo foco norteamericano, reconduciéndola hacia la UE, Zapatero no sólo se adhirió al llamado eje francoalemán sino que estableció con Tony Blair canales de comunicación sobre el presente y el futuro de Europa. Y ahora, con el Reino Unidos en la Presidencia semestral de la UE, ZP está en condiciones de poner sobre la mesa de la próxima cumbre comunitaria el peso real de España, ligeramente aumentado por la debilidad aparente de Alemania y Francia, dadas sus respectivas coyunturas políticas. Apariencia de debilidad, por otra parte, que se verá difuminada cuando el presidente francés De Villepin empiece a moverse en la cumbre europea de octubre y el nuevo o la nueva canciller alemán o alemana, estrenando e reestrenando cargo, exponga lo que Alemania opina, es decir, quiere. Vuelve a sonar la hora europea en nuestra política exterior, y ZP parece dispuesto a reinstalar a España entre los países nucleares de la UE, que son obviamente, además de Francia y Alemania, con Italia a unos pasos, el Reino Unido, cuyas ideas sobre las llamadas perspectivas financieras de la Unión son sugestivas y estimables, y hasta aceptable y ejecutables, por mucho que se resista Francia a infligir un profundo dolor a sus subvencionadísimos agricultores.

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