Valencia se adelanta

MIENTRAS en los periódicos se informa profusamente de las dificultades interminables con las que tropieza la elaboración del proyecto de Estatuto catalán, para este martes está señalado el debate, y en su caso aprobación por el Congreso, de proyecto de estatuto más madrugador, que, contra muchos pronósticos, resultó ser el de la Comunidad Valenciana. Señalan los observadores que el derecho foral y la «cláusula Camps» centran ese debate del Estatuto Valenciano y que PP y PSOE mantendrán las líneas básicas del texto, aunque se anticipa que es probable que se vea rectificado en algunos aspectos, como el aforamiento de los «consellers» o el uso del referéndum. No parece que el texto procedente de Valencia plantee ni la mínima parte de los problemas que viene suscitando el texto catalán, de los que son indicativos los titulares de las crónicas de este lunes: Maragall dice que los que apoyan un Estatuto inconstitucional pretenden que fracase; Montilla acusa a CiU de buscar el ridículo de Cataluña con un Estatuto inconstitucional; Maragall afirma que las propuestas fuera de la Constitución buscan el fracaso del Estatut. Montilla pide al PP que deje de insultar a Cataluña y de fomentar el separatismo; CiU avisa de que no aceptará cualquier Estatut; Maragall y Montilla confirman que impedirán el ridículo de una reforma inconstitucional. Advierten a ERC y CiU que llevan el proceso a un callejón sin salida. Un debate público al que no ayudan a prosperar algunas anotaciones más: el Estatuto catalán abre la puerta al aborto libre y amenaza la independencia de La Caixa. La Generalitat tendrá la competencia exclusiva para regular la organización de las cajas. O las declaraciones que efectúa el siempre problemático Carod Rovira: «Que nadie olvide que para Cataluña no queremos un Estatuto sino un Estado. Soy independentista y quiero una República. Batasuna tiene que volver a ser legal de inmediato. Zapatero se la juega porque se comprometió a aceptar el Estatuto que llegara de Cataluña». Algo más tranquilizadoras resultan otras dos afirmaciones nacionalistas del día. Declara Anxo Quintana, del BNG y vicepresidente de la Xunta: «Zapatero ha dado pasos para un Estado con muchas naciones». Y Josu Erkoreka, port avoz del PNV: «El Plan Ibarretxe no está enterrado». Afirmación que no dificulta que se insista en que el Gobierno estaría replanteando su estrategia y tendiendo puentes al PNV para tener su apoyo alternativo a ERC. Ciertamente, el panorama no resulta del todo tranquilizador para la política en su conjunto y para el Gobierno de Zapatero en particular.