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TRIBUNA

El tensionado paisaje de la montaña de León

Publicado por
CARLOS CUESTA
León

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La montaña de León en lo que respecta a zonas como La Vecilla, Valdepiélago, Aviados o Boñar, representa un paisaje de belleza extrema y un noble paisanaje. Estos días el personal anda un tanto revuelto por la posible línea eléctrica, Lada-Velilla que procedente de Langreo llevará el trazado hasta Velilla del Río Carrión en Palencia. Un corredor auspiciado por Red Eléctrica Española con el apoyo del Gobierno de Asturias y el de Castilla y León. Esta línea eléctrica que un principio atravesaba el Parque Natural de Redes y los Picos de Europa, quedó desechada ante las presiones de técnicos, ecologistas y especialmente del Parlamento Europeo. El impacto medioambiental era notable y afectaba a un espacio protegido. Ahora ese sentido quizá ocupe el espacio del entorno del Río Curueño o el Torío. Territorios de belleza serena y cálida. Sería una lástima que esas antiestéticas torteas con su grueso cableado presidieran estos contornos naturales, dejando heridas unas hoces plenas de fuerza kárstica y unos ríos cristalinos que son la marca geográfica de estos pagos. Lo único que permanece de capital patrimonial pues muchos pueblos de estos lugares de la montaña leonesa cada vez se encuentran más despoblados por falta de actividades económicas, salvo las ganaderas y los servicios... Estos días en Valdepiélago, había mucha pancarta en los balcones de las casas y el vecindario se mostraba contrario a esa infraestructura energética, por mucho que el Estado defienda para avanzar en la modernidad. Sería interesante equilibrar ecologismo con desarrollo industrial, pero en realidad son cuestiones difíciles de convivir. Y los paisanos de la montaña leonesa, especialmente los de Valdepiélago y Aviados, se muestran contrarios a que sus solares se vean traicionados por un tendido que no acaban de entender. Por ahora son todo especulaciones sobre ese trazado. Sin embargo al fracasar el anterior, la ruta que deberá seguir el nuevo corredor eléctrico a buen seguro que rondará estos espacios caminos de Palencia. Malos presagios para el vecindario de esos abruptos y atractivos contornos de la montaña leonesa. El peligro pende sobre ellos y esa línea tan necesaria para unos pocos, convertirá ese paisaje en un torbellino de torres que romperá la visibilidad admirable y hermosa de una antañona perspectiva. Y mientras los lugareños hablaban en corrillos del tendido de alta tensión, los pocos veraneantes que todavía siguen fieles a La Vecilla o Boñar, disfrutaban de las jornadas cálidas que este verano golpean las eras y los caminos medievales de las Encartaciones del Curueño y los entornos verdes del Porma. Parajes de ensueño y antigua vitalidad y que hogaño esa vitalidad económica se va desmoronando por la falta de industrias y el poco apoyo de las instituciones hacia esos emplazamientos que pueden salir del marasmo adentrándose con fuerza y entusiasmo en el sector servicios. Hay que constatar el embalse del Porma y los puertos de San Isidro y de Tarna están a un paso. Todas estas circunstancias convierten a estos sitios montañeses en paraísos de los aficionados al deporte al aire libre. El esquí, el montañismo, la caza y la pesca son d isciplinas que cuentan con muchos adeptos de todo el país y que normalmente suelen utilizar los hospedajes que existen en los contornos de Boñar o La Vecilla para sus dormidas. En estos momentos, son muchos los empresarios y jóvenes emprendedores que han optado por el turismo rural como salida económica. Un ejemplo es el centro turístico de Las Bodas, un rincón estiloso y pleno de vida que supone una especie de monasterio abierto para deleite de sus visitantes. Su propietario Prudencio García con pacencia en Gijón y Yolanda la supervisora, son la hospitalidad en persona. Y próximamente el antiguo balneario de Nocedo de Curueño, una vez reconstruida su estructura volverá a florecer y a manar esas aguas minerales de tanto poder medicinal. Y si el veraneante asturiano busca ambiente y bulla, Boñar es el asiento adecuado para tomarse una copa o disfrutar de un buen condumio en el Restaurante La Praillona o unas notables tapas en Casa Blas o El Cordobín, donde Roberto y Mavi, siempre están dispuestos a ofertar a sus clientes lo mejor de la gastronomía leonesa, especialmente unas mollejas de ternera o manos de cerdo al estilo montañés... Y vivir en estos parajes en la temporada estival es disfrutar de un clima apacible y un ambiente tranquilo y acogedor. Los muchos asturianos que pasan los meses de julio y agosto por estos lares bien lo saben. En la actualidad, el veraneo ya no es como antaño y las circunstancias viajeras, los precios abusivos y a veces la rutina, han hecho que bastantes asturianos haya desistido de su empelo estival por estos rincones de la montaña. De todas formas, todavía se mantiene ese devenir, porque algunas familias satures cuentan con posesiones y ese hecho contribuye a dejar cierta huella de carácter en los meses de la canícula. Ahora en estos entornos sólo preocupa la línea de alta tensión, que si nadie lo impide, rondará con su arrogancia metálica por los atractivos parajes del Curueño o Torío, para disgusto e impotencia de los lugareños.

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