Debe marcharse

VIVIMOS en unos tiempos en que los afectados -somos todos los paganos de este machihembrado provincial, denominado Castilla y León- asistimos a una devaluación continua de las supremas decisiones del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Las decisiones -sentencias inequívocas- dejan de cumplires o se postergan bajo el balón despejado: la decisión se recurrrirá. Se ha de entender con ello que un órgano judicial todavía superior corregirá el grave error contenido cuando no se da razón al humilde demandante: no siempre el atrevimiento a interpretar la justicia logra la justa reparación; muchas veces el tiempo es el mayor lenitivo.... para la jerarquía. He aquí que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha señalado como responsable a tan elevada magistratura como la de la señora María Jesús Ruiz, quien ocupa -por lo menos al día de hoy- el cargo de vicepresidenta primera de la Junta vallisoletana; la decisión del Tribunal de obliga a indemnizar con 3.341 euros a la periodista Lola Prieto. La razón es simple: la señora María Jesús Ruiz ocasionó daños morales «al no haber asignado a la expresada periodista las tareas propias de sus puesto de trabajo». Un elementto curioso deriva de la asignación de costas a la consejera porque en un alarde de desconfianza (me atrevo a suponer) no recurrió a los magníficos servicios jurídicos de la Junta, eligiendo -y ahora habrá de pagarlo- el mega-despacho de la firma Garrigues Walker. ¿Hasta este punto llega a la adhesión a Bush? Como pueden comprender, y suele sucederme al elegir a la cadena que transmite las exposiciones -negativas o positivas- de los grandes tenores de la Junta, no todo, a pesar de mil licitaciones, se resuelve en los floridos discursos de Juanvi o en las bucólicas cogitaciones de la dama Silvia Clemente. He elegido siempre las de María Jesús Ruiz, porque no es fácil distinguir sus alocuciones profundas de las confusas; por unas deformaciones estadísticas le diré que usted, suele ser mucho más confusa que profunda, lo cual en el bestiario politico acrecienta la duración en el cargo. Para nadie es una sorpresa que del claro dictamen del Tribunal de Justicia de Castilal y León, ha de seguir una decisión breve e inequívoca: usted debe marcharse sabiendo que las promesas del recurso (¿también de Garrigues Walker?) no serán más que un pegamento de imagen publica, en Valladolid y demás provincias. Mi consejo -adobado en más de dos ejemplos- contribuirá al mayor prestigio de la Junta, y esto ha de ser todo para usted.