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TRIBUNA

Rodríguez Zapatero y el artículo 2º de la Constitución

Publicado por
JAIME LOBO ASENJO
León

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Parece increíble que a estas alturas, nuestro paisano, presidente y además profesor de la Universidad de León, tenga o aparente tener dudas, sobre el concepto de «nación» y la organización territorial del Estado, en relación con la aún vigente Constitución Española de 1978, que el me imagino habrá prometido cumplir y hacer cumplir, y nos esté metiendo en un berenjenal de mil demonios. Digo esto, porque el artículo 2º de la Constitución Española, establece clarísimamente, por una parte, una relación entre realidades histórico-sociales, que se presentan con un gran énfasis político en la Carta Magna, y por otro una serie de principios de organización del Estado. Entre los primeros, es una realidad histórica, que se afirma con ese énfasis, al que anteriormente me ha referido, «la unidad indivisible de la nación española, que es Patria común de todos los españoles», y lo es también, la existencia de nacionalidades y regiones que la integran. Son en cambio, principios jurídico-políticos de organización, que Zapatero no puede ignorar, la unidad indivisible, que se articula en la Constitución, como consecuencia de esa realidad primera de una nación indisoluble; el derecho a la autonomía, que la Constitución reconoce y garantiza a las nacionalidades y regiones como aceptación de su realidad; y la solidaridad, que debe ser fundamento de la Constitución y que el Estado y por ende Zapatero, debe garantizar. Estas dos afirmaciones, implican unidad y pluralidad, con lo que a mi juicio, sobran esas continuas afirmaciones que nuestro presidente hace, a una «España plural», distinta en su intención, a la expresada nítidamente en el vigente texto constitucional, que engarza perfectamente con esos tres principios jurídico-políticos de unidad, autonomía y solidaridad, principios por cierto con los que parecen estar de acuerdo, no sólo eximios constitucionalistas como Óscar Alzaga, Jiménez de Parga, Sánchez Agesta entre otros, sino destacados miembros del PSOE como José Bono, Alfonso Guerra, Rodríguez I barra, etcétera. Por si todo esto fuera poco, aparece claro, que esos tres principios se desarrollan a lo largo del texto constitucional, puesto que son su mismo fundamento y de una forma muy especial en los artículos 3, 4, 5 y 8, que defienden la unidad y pluralidad de lenguas y banderas, la capital y el órgano encargado de defender su integridad; el 11 y el 14 que definen la nacionalidad y la igualdad; el 56 y 66 referidos al rey como símbolo de unidad y permanencia del Estado y b a las Cortes Generales, como representación de la soberanía del pueblo español; del 93 al 96, que articulan la personalidad unitaria internacional de España; los art. 123 y 133 que definen la jurisdicción en todo el territorio nacional del Tribunal Supremo y la atribución al Estado de la potestad para establecer tributos; el Título VIII que regula la organización territorial, el IX la constitución y competencias del Tribunal Constitucional y el X que regula el sistema de reforma de la propia Constitución. Así pues, hay que hacer notar que aunque el artículo 2º, define la autonomía como un derecho que se ejerce eventualmente por las regiones o nacionalidades, hay que considerarlo además, como un principio general de organización territorial, de acuerdo con el art. 137, que afirma que «el Estado se organiza territorialmente, en municipio, provincias y comunidades autónomas». Frente al Estado centralizado, se afirma así un principio de organización del poder, que la Constitución misma define como «principio general» en el capítulo 1.º del Título VIII. Por eso es legítimo atribuir a este artículo 2º, enclavado en el Título Preliminar una afirmación referente a la estructura misma del Estado: la autonomía, moderada y completada por la solidaridad, en el cuadro de una unidad indivisible. Por todo lo anteriormente expuesto, y además porque: Visto que nuestro presidente, no parece querer contar con el primer partido de la oposición (PP), olvidando que cuenta con un respaldo electoral de 10 millones de españoles y olvidando además que sin su concurso no puede haber ni estatutos desaforados o modificados ni reforma que valga de la Constitución, y... Visto que según las últimas encuestas, a los españoles, incluidos los catalanes, las tan traídas y llevadas reformas de los Estatutos de Autonomía, vía reforma de la Constitución, les importa un rábano y que sus verdaderas preocupaciones son el empleo, la inmigración, el terrorismo, la seguridad, las infraestructuras, la sanidad, las pensiones, etcétera, y que estas reformas propuestas, son sólo fruto de delirios nacionalistas de personajes como Ibarreche, Maragall o Carod Rovira, y... Visto que la vigente Constitución nos ha llevado en estos 26 años, en un veloz proceso autonómico, a ser España el Estado más descentralizado de Europa y que algunas autonomías, por ejemplo la vasca y la catalana, gozan de un régimen de autogobierno sin parangón en todo el continente, y que han sido para todos, años de progreso y de avances en el orden socio/económico, político y cultural sin precedentes, siendo los mejores de la historia moderna de España... Querido presidente y amigo. Tú que puedes, evita ésta, a mi juicio y al de otros muchos, insensata deriva, cuenta y trabaja por las verdaderas preocupaciones de los españoles y de paso, demuestra que no es verdad que sea tan fácil hacer pedazos una Nación y las leyes que sus ciudadanos se han dado, como normas de juego de su convivencia en paz.