SOMOS LEGIÓN
Un sueño precioso
«... y esta barretina que me entregais, simboliza para mí mucho más que el amor y respeto, que comparto, a vuestras tradiciones milenarias; es prueba de amistad y concordia, quintasencia de solidaridad, señal inequívoca de que no escogimos la senda equivocada cuando, con la audacia exigible a todo gobernante en los momentos cruciales de la historia de un sitio, respaldamos todos vuestra idea de esto. En el momento de cruzar con mi coche los sutiles límites entre la nación española y la nación catalana mejoró sensiblemente el asfaltado y las indicaciones se llenaron con la luminosa lengua de Verdaguer pero no cambió un ápice el paisaje; me puse a cavilar y recordé aquellos momentos de crispación, y me reafirmaba en la importancia de los pasos que hemos dado; como en una sardana, acompasados, unidas las manos y los sentimientos. Nada se ha roto como vaticinaban los alicortos, los agoreros. Muy al contrario, nuestra querida nación de naciones es hoy espejo en el que se miran otros territorios sumidos en la confusión. Bastaba aplicar la teoría de la relatividad para salir del atasco secular. Eso sí, cojons, ¡manda narices que vuestra selección nos metiera seis el viernes! No me parece un resultado muy solidario... ¡Visca Catalunya!, ¡Aupa Euskadi!, ¡Viva Galicia!, ¡Viva el Estado! ¡Viva León que es mi pueblo!...». El hombre sonriente se despertó sobresaltado y se arrebujó junto a su esposa. «Sonso, he tenido un sueño precioso, como le pasó a Lutero». «¿El protestante?». «No, el King, el de los negros; el de I have a dream». «Anda Jose, duerme, que mañana tienes que explicar qué es eso del Inteco».