Ganaderos de hombres

VIVIMOS TIEMPOS extraños, de cambios frenéticos. Muchos de los valores básicos de toda la vida no sólo no valen nada hoy en día, sino que además están hasta mal vistos por un neoliberalismo que despliega su márketing para que todo el mundo asuma como única verdad el beneficio como fin último, a costa de lo que sea. Ser honrado, competente y trabajador ya no vale nada en un mundo en el que vender un reloj tiene infinítamente más valor que fabricarlo. En el mercado de trabajo actual reinan los ganaderos de hombres, que se las ingenian para tener prácticamente gratis trabajadores dispuestos a darse de alta por cuenta propia en la Seguridad Social, renunciar a cualquier vida familiar y estar día y noche a disposición de la empresa. Frente a este modelo imperante surge también por fortuna una empresa ciudadana, socialmente responsable, para la que sus trabajadores, sus proveedores, sus vecinos y sus clientes también forman parte directa de su proyecto. Viene esto a cuento de una de esas noticias medio escondidas en las páginas de economía: Mercadona concede por cuenta propia a sus empleadas que tengan un niño un mes adicional a su baja maternal, y además crea guarderías en todos sus centros de distribución -como el que pronto construirá en Villadangos- para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar de sus empleados, todos ellos, por cierto, con contratos fijos desde el primer día. Como el consumidor es soberano en su elección, pues yo elijo, y prometo a partir de ahora fijarme en algo más que en el precio a la hora de comparar productos.