¿Bush, emisario divino?

LA CASA Blanca lo desmiente, pero según Nabil Shaath, ex ministro palestino de Exteriores, el presidente Bush, durante una cumbre en el balneario de Sharm el Seij, sólo cuatro meses después de la invasión de Irak, afirmó en presencia de todos los asistentes: «Dios me dijo: lucha contra esos terroristas de Afganistán. Y lo hice. Y me dijo: derroca a esos tiranos de Irak. Y lo hice. Y me dijo: da un Estado a los palestinos y seguridad a los israelíes. Trae la paz para Oriente Próximo. Y lo haré». Lo malo de esto es que no es increíble. Existe una macabra simetría entre esta actitud iluminada y el fanatismo siniestro, también de origen religioso, que mueve a los terroristas. Y ello es sobrecogedor, aunque los unos sean criminales y los otros posean una indudable legitimidad democrática.