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EL BALCÓN DEL PUEBLO

Eludir responsabilidades

Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

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ESTE PERIÓDICO dedicó ayer su habitual sección A fondo al pleno celebrado en las Cortes regionales del Palacio de Fuensaldaña. La información estaba ilustrada con una foto en color de los consejeros de Sanidad, César Antón, y de Medio Ambiente, Fernández Carriedo. Los dos sonríen plenamente satisfechos. Sin embargo, según las crónicas de los distintos medios informativos regionales, en unos de forma nítida y en otros velada, el pleno fue interesante y especialmente difícil para ambos. Y también para el consejero de Agri cultura, José Valín. Pero del azúcar y de la remolacha escribiré, una vez más, otro día. Hace mucho tiempo que José Valín está amortizado para el campesinado. El consejero de Sanidad se vio en la tesitura de responder por la tardanza reiterada de las ambulancias del 112 para atender a los heridos. Se refugió de nuevo en negar la evidencia, pese a exigírsele explicaciones concretas, claras y determinantes. Sostuvo que la atención al niño atropellado en la plaza leonesa de Santo Domingo hace pocos días se hizo en tiempos normales. ¿Acaso es normal la espera de media hora?. De ello dan fe todos los ciudadanos que pasaban en esos momentos por el centro de la ciudad. No hay excusas políticas que desguacen lo que vieron «in situ» los testigos, salvo que además de tontos, se pretenda que también sean ciegos. En cuanto al retraso del proyecto de reforma de la obra del Hospital de León, César Antón hizo como los malos jugadores de fútbol: dio un patadón al esférico y responsabilizó al Gobierno central. Y lo mismo hizo el consejero de Medio Ambiente, Fernández Carriedo, cuando le preguntaron cómo era posible que llevara más de una semana ardiendo el parque del Lago de Sanabria. Sobre la comarca de Sanabria cae cada año la maldición del fuego. Hay demasiados pirómanos escondidos tras los robledales y piornos. Lleva unas 12.000 hectáreas calcinadas. Fernández Carriedo utilizó la misma técnica que su compañero de gobierno regional: no asumió ninguna responsabilidad y culpó al Gobierno central. Sus palabras han coincidido el mismo día que este periódico, en primera página y a tres columnas, insertó una foto del Lago de La Baña. Una foto insólita. Jamás la habían podido visionar los cabreireses. Está a punto de secarse. Ya no quedan aguas frías y de cristal en las que mirarse. Sólo muros de pizarra lo bordean como un collar de asfixia. Una variedad única de truchas dan las últimas bocanadas. Según los cabreireses de Truchas, Iruela, Corporales y otras poblaciones, la Consejería de Medio Ambiente no ha tomado medida alguna. Es como una insenbilidad absoluta a la belleza. En la actitud de los dos consejeros de eludir responsabilidades hay algo infantil y poco respetuoso con los ciudadanos, que además de inteligentes pagan sus impuestos. Pero sobre todo, lo que hacen con esas excusas es desprestigiar a las instituciones. Es de cajón. Si permanentemente niegan sus responsabilidades en los asuntos de sus competencias y remiten cualquier explicación al Gobierno de la nación, lo único que pueden pensar los ciudadanos es que el gobierno autonómico y sus consejeros son un lujo innecersario.

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