Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Sordos que no quieren oír

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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MÁS tabarra no, por favor. Dice mi amigo Ricardo L. Témez que si lanzáramos una camiseta con la inscripción: prohibido hablar del Estatut, nos podríamos forrar. Es posible. No hay tertulia ni debate político en que el Estatut no sea tema estrella. Parece el ombligo de España. No debe estar muy untado su eje porque rechina como los viejos carros sin aplicarles el tocino rancio. Pasqual Maragall sigue patinando. Primero se embarcó en la aventura irresponsable de hacer un nuevo Estatut de Autonomía para Cataluña. A medida que avanzaba la discusión del proyecto, la competencia entre ERC y CiU iba radicalizando más las propuestas, hasta el extremo de que Maragall perdió el control del contenido del proyecto. Finalmente, el último día y a última hora, con nocturnidad, se vio obligado a aceptar todas las imposiciones que planteó Convergencia, especialmente en materia de financiación. Es su gran objetivo: quedarse con la llave de la caja. De tal manera que el proyecto de Estatut que ha llegado al Congreso de los Diputados no es de Pasqual Maragall, ni siquiera de Esquerra Republicana, sino de CiU. Me asegura un académico catalán, al que respeto, aprecio y admiro, que Convergencia no tiene ningún interés en que el Estatut salga adelante. De hecho, siempre ha pensado que el Congreso lo va a rechazar o modificar totalmente. A CiU lo que le interesa es que se rompa el tripartito y haya elecciones anticipadas en Cataluña. Unas elecciones que piensa ganar. Y para reafirmar su autoridad por el desgaste sufrido, a Pasqual Maragall se le ocurió inventar una crisis de gobierno. También se le ha vuelto en contra. Hasta en su propio partido, el PSC, le han dicho: ¡Basta ya de ocurrencias!. Las malas lenguas filtraron que pretendía elevar a la dignidad de conseller a su hermano. Hubiera sido como dar un puñetazo en los morros a la ética. A la ética o a la estética política. Ayer, en el debate del Congreso de los Diputados, el líder de los populares, Mariano Rajoy, acusó a Rodríguez Zapatero de ser el autor de ese proyecto de Estatut catalán y de todos los desaguisados del país. Sólo le faltó atribuirle la muerte de Manolete o de Paquirri. O las últimas inundaciones en Cataluña. Al Partido Popular le pasa lo que a Convergencia i Unió. Le interesa poco el Estatut, salvo para desgastar al Gobierno de la nación. Lo que realmente persigue es forzar unas elecciones generales anticipadas. Para eso intentará meter todas las cuñas que pueda entre el PSOE y sus apoyos parlamentarios. En este escenario y con estos parámetros es como debe interpretarse el vodevil grotesco y sin sentido que algunos días padece la vida política española. Rodríguez Zapatero volvió a repetir ayer en la sede parlamentaria que el proyecto de Estatut catalán será enmendado para que sea constitucional y responda al interés general. Pero a Mariano Rajoy no le interesaba escuchar eso y optó por atribuir la autoría del proyecto de Estatut al presidente del Gobierno. Como siempre, no hay mayor sordo que el que no quiere oir.

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