DESDE LA CORTE
La caza del estornino
ESTOY MIRANDO la foto que ganó el concurso Mejor fotógrafo de la Naturaleza del 2005. Muestra a un halcón peregrino que persigue a una enorme bandada de estorninos sobre el cielo de Roma. ¿Cuántos estorninos habrá? ¿Cien mil? ¿Un millón? Son como una gran nube negra que escapan de que se cumpla la ley del más fuerte. Si no fuera por el terror de los pobres pájaros, sería la fotografía más política de los últimos tiempos. Estoy por llamar a la edición digital de este diario para que abran una de sus habituales encuestas: ¿a quién cree usted que se parece el halcón? ¿Quiénes podrían ser los estorninos en la España actual? Hay muchos halcones y estorninos simbólicos a ras de tierra. Este cronista acababa de ver las decenas de camiones parados en El Bierzo, que no se atreven a entrar en Galicia por miedo a algún halcón-piquete a la altura de Pedradita, y creyó hallar algún parecido. En esta huelga, como en casi todas, también hubo halcones peregrinos que camparon a sus anchas, sin autoridad que pusiera orden, ni mesa donde se pudiera negociar el conflicto. Los estorninos han sido los empresarios situados al borde del cierre y los consumidores, que se vieron obligados a hacer acopio de víveres como si estuvieran en una guerra. Pero esa foto pudiera ser también la de un político a la caza del voto. Que se sepa, no hay elecciones a la vista, pero nuestros dirigentes se levantan cada mañana para ir de caza. Cada vez más temprano, por cierto, porque sus asesores de imagen han descubierto la moda del desayuno. Incluso hay desayunos contraprogramados, del poder y de la oposición, para anular los efectos del adversario. El desayuno informativo es contundente: sus mensajes están desde primera hora en las emisoras de radio, y así inundan mejor de estorninos la opinión pública. El cachondo mensaje del «vuelva, señor González» ha sido repetido 24 veces en cada emisora, sin contar tertulias: una por boletín informativo. Una caza muy eficaz. Los seis puntos en que, según las encuestas de José Blanco, el PSOE aventaja al PP, parecen artículo de fe, porque era caza del día, también de desayuno. De todas formas, esa foto retrata magníficamente los sueños de un político. Podría ser un cuadro de Dalí: «Ensoñación de halcón político sobre el cielo de España». Rodríguez Zapatero se vería a sí mismo de esa manera, ante los militantes del Partido Popular. Y Santiago Carrillo, ante una nube de estudiantes fachas en tarde académica. Y Maragall, ante sus socios en día de remodelación. Y Touriño o Quintana, ante las flotas de camiones y barcos pesqueros. ¿Y José María Aznar? ¡Uf! Aznar, no digamos: sobre el cielo y frente a cientos de miles de estorninos, no es que se sintiera multiplicado por infinito. Se sentiría Bush.