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Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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LOS ESPAÑOLES no creen en la justicia de tráfico. ¿Por qué iba a ser la de tráfico una excepción? Después del caso Farruquito a nadie puede extrañarle. Más del ochenta por ciento de los conductores preguntados en una encuesta declara que conoce muy bien las normas de tráfico, pero que sospecha que la finalidad de la vigilancia es pillar a quienes las trasgreden y que los agentes no se colocan en los sitios más peligrosos. No las conocen y lo extraño es que un día las conociesen y eso le sirviese para pasar, aunque fuese a trancas y barrancas, un examen que tampoco era para echarse a templar. No las conocen quizá porque la mente humana es olvidadiza, aunque sólo sea para aquello que, sencillamente, no se quiere recordar. Es patético, sobre todo porque parece irremediable, el balance de la siniestralidad. El año pasado se registraron 43.787 accidentes en los que murieron 3.841 personas. Esa cifra recoge a los que fallecieron en el acto, pero no a los que resultaron heridos que murieron días o semanas después. Pasa siempre en los accidentes: el número de muertos aumenta a medida que abandonan la existencia los heridos de mayor gravedad. Las estadísticas tampoco pueden dar a conocer con precisión la cantidad de parapléjicos. Ni el de atropellados. En España los únicos peatones que están seguros son los que hacen el Camino de Santiago. Hubo un tiempo en el que se intentó concienciar -feísima palabra- a los conductores. A ver si poniendo más cuidado había que poner menos esquelas. Hubo cruces en todas las carreteras. Tantas que hubo que quitarlas para que hacer una excursión al campo no equivaliese a visitar el camposanto. En otros países se usaron otros métodos: quinielas para acortar el número exacto de muertos, o sacerdotes rezando de rodillas en los puntos de partida. Eran formas de recomendar prudencia. «Papá, ven en tren». Lo mejor es que papá venga andando y que tenga suerte. Ya lo recomendó don Pío Baroja, que decía que no iba a ninguna parte desde donde no pudiera volver a pie.

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