Diario de León

DESDE LA CORTE

Pendientes de dos papeles

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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EN LA política española, todo depende ahora mismo de dos papeles: el informe de los catedráticos sobre el Estatuto de Cataluña y el recurso del Partido Popular al Tribunal Constitucional. Aunque ambos tienen mucho de varapalo al texto y a sus autores, significa que las cosas comienzan a entrar en una vía lógica y marcada por el respeto a la legalidad. El PP hace lo que tendría que haber hecho hace días: si piensa honradamente que estamos ante una reforma encubierta de la Constitución, debe acudir con la denuncia al correspondiente tribunal. Si le dan la razón, le felicitaremos y agradeceremos su labor de guardián de la legalidad. Si no se la dan, nadie le podrá reprochar que ha jugado a la crispación, o que ha demostrado falta de confianza en las instituciones. Está claro que la obligación de un partido de su importancia no es levantar al pueblo contra un «presidente irresponsable», sino cargarse de argumentos de legalidad y razón. Respecto al PSOE, parieron los catedráticos, y dieron a luz el dictamen cuyo resumen publicaba ayer este diario. Hay quien dice que se nota que es de encargo y responde a los criterios del partido. No estoy tan seguro. En algunos aspectos -al margen de la anécdota de considerar a la nación como un «problema teorético»-, es comprensivo con la redacción o toca aspectos que se pueden resolver sólo con el cambio de una palabra. Pero, en términos generales, destaca por su dureza y escasa complacencia con el poder. Y así, echa por tierra algunos de los auténticos pilares de la construcción nacional de Cataluña que se pretende, desde la lengua a la financiación. No crea el Partido Socialista que nos hace un favor si transforma esas objeciones en enmiendas. No tiene más remedio que hacerlo. Nadie en su sano juicio entendería que quien gobierna España se mostrase tolerante con la más mínima vulneración constitucional. Y mucho menos, que aceptase como propia esa vulneración. Quede para la historia la duda de por qué Zapatero alentó esa financiación inaceptable y cuál ha sido su singular estrategia al instar a Artur Mas a presentarlo y al PSC a aceptarlo. Lo que importa es la situación actual. A poco que las enmiendas socialistas sean coherentes con el dictamen que las inspirará, nos encontraremos con lo más temido por nacionalistas y socialistas catalanes: un Estatut descafeinado, con las alas muy cortadas en temas tan sensibles como la definición nacional, la Justicia o la recaudación de impuestos. ¿Lo van a aceptar sin más? ¿Van a votar contra lo que votaron en Cataluña? Desde luego, si lo hacen, vayan sacando ustedes sus sombreros al pronunciar el nombre de Zapatero. Habrá conseguido lo más parecido a la cuadratura del círculo.

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