La deriva iraní

EL PRIMER atentado suicida tras la reiterada israelí de la franja de Gaza el pasado agosto, con un saldo de cinco civiles muertos en un mercado, reivindicado por la Yihad Islámica que ha argüido una represalia a la muerte de uno de sus dirigentes a manos de Israel, pone en grave riesgo el precario proceso de paz intentado por el judío Sharon y el palestino Abbas. Pero lo más inquietante ha sido la toma de posición del nuevo presidente iraní, el extremista Mahmud Ahmedineyad, quien ha declarado en una conferencia que «Israel debería ser borrado del mapa», un aserto que ya fue enunciado en su día por el imán Joimeini. No es extraño que Simon Peres, haya exigido la expulsión de Irán de la ONU, ya que el llamamiento de su presidente «contraviene la Carta de Naciones Unidas».