Diario de León

TRIBUNA

El futuro del Bierzo, ¿productor de energía?

Publicado por
JESÚS FUENTES SANTAMARTA
León

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LA POLÉMICA surgida por la central de ciclo combinado que se quiere instalar en Congosto, apoyada por el Ayuntamiento sin informar a los vecinos, y como posible afectado y socio de la plataforma contra la central de Congosto (La Villosa), que se opone a su construcción, pues habito en el municipio y aledaños desde 1982, me ha llevado a pensar sobre la oferta energética del Bierzo que parece quedar como único monocultivo de la comarca. En principio existió un futuro agrícola, que en el Bierzo Alto fue abandonado ante la incapacidad de conseguir una explotación racional de la propiedad agrícola por falta de una concentración agraria, que está llegando muy tardíamente a parte de los municipios de Folgoso, Noceda y Bembibre, pero no así a Congosto y Cobrana, después de 20 años, y quizá paralizado por intereses oscuros en el Ayuntamiento, lo que ha hecho que la gente que sostenía la agricultura y ganadería vaya desapareciendo sin otro futuro que el abandono del agro por sus herederos. Sólo parece que el viñedo se está recuperando. Otro futuro del Bierzo fue el extractivo, de mineral, del cual terminó predominando el carbón, pero no hay que olvidar que llegó a haber explotaciones de wolframio en la peña del Seo, cerca de Villafranca, en los años de la postguerra española y de la Segunda Guerra Mundial, como ha explicado Raúl Guerra Garrido en El año del wolfram, y también hubo explotación de hierro, en Coto Vivaldi y Coto Wagner, en San Miguel de las Dueñas y Onamio respectivamente, siendo la última abandonada en 1982. Pero este futuro nunca consiguió desarrollar una siderurgia del Bierzo al modo de la asturiana o del País Vasco, que hubiera continuado la tradición de las ferrerías medievales y de la Edad Moderna de Compludo, Pombriego y otras, tan bien estudiadas por José Antonio Balboa de Paz, y que fue el deseo de Julio Lazúrtegui en su publicación de 1918, «Una nueva Vizcaya a crear en el Bierzo», donde estudiaba las posibilidades industriales de la comarca. Pero la relación del Bierzo con la energía, que está llevando a nuestros políticos a pensar en la creación de una Ciudad de la Energía en Ponferrada, viene también de atrás. En principio se construyó la central térmica de Compostilla I en 1949, en Cubillos del Sil, propiedad de Endesa, para aprovechar la antracita, que funcionó hasta 1974, pero pronto diversificó sus fuentes energéticas hacia la hidroelectricidad. El embalse de Bárcena, construido sobre terrenos del ayuntamiento de Congosto, tendrá su propia central eléctrica a partir de 1959 y otra en Santa Marina del Sil, en la cola del pantano. Pero esta explotación de origen hidroeléctrico se verá acompañada por otra serie de pequeños pantanos extendidos por toda la geografía berciana, principalmente en el río Sil, y propiedad de Endesa, como el de la Campañana, cerca del lago de Carucedo, en 1963, y el de Ondinas, en Palacios de Sil, también de 1963, el de Montearenas sobre el río Boeza en Ponferrada en 1966, el de Matalavilla sobre el río Valseco, en Páramo del Sil, en 1967, y finalmente, el de Anllarinos, en 1983, en Páramo del Sil. Esta energía, de origen hidroeléctrico, que ya ocupó para la construcción del embalse de Bárcena, terrenos del ayuntamiento de Congosto, con la anegación de los pueblos de Posada del Río y Bárcena, también extendió sus líneas de alta tensión por los pueblos de Congosto y Cobrana, cuyo terreno expropiaban para su construcción sin posible oposición, como requerían aquellos tiempos, destruyéndose así parte de la posible producción agrícola que hubieran dado esas tierras, bien cereales o castaños. Al lado del embalse y aprovechando la producción de carbón del Alto Bierzo, con sus dos cuencas de Bembibre y Fabero-Toreno, y de Laciana, se creó la central térmica de Compostilla II, en 1961, del grupo de Endesa, en Cubillos de Sil, que siguió aprovechando y renovando las líneas de alta tensión, cuando no creando líneas nuevas que recorrieron lo mismos pueblos de Congosto y Cobrana, sin posibilidades de quejas y sin ninguna compensación, que sí ha recibido siempre el ayuntamiento de Cubillos del Sil. Dichas líneas transportan la energía producida en el Bierzo fuera de la comarca, sin que se note ninguna mejora para los núcleos afectados por donde pasan, ni mejoras en infraestructuras, ni nuevas empresas ni tan siquiera un menor impacto económico en el recibo energético cotidiano de los vecinos. Dentro del Bierzo, a las dos centrales de Compostilla, aunque una dejó de funcionar en 1974, se unió otra en Anllares, en 1982, para aprovechar el carbón, en este caso, de la zona de Fabero. A finales de los años 90 se ha producido la revisión de la producción de energía no renovable y altamente contaminante a nivel mundial, con la firma por parte de España y de la Unión Europea del protocolo de Kioto para evitar los efectos del cambio climático. Estas revisiones han llevado a las apuestas por energías alternativas, que también están haciendo su aparición en el Bierzo Alto y en el futuro quizá en el Bierzo en general. En principio, ha sido la producción de energía eólica desde hace dos años, a través de cientos de molinos eólicos, que están llenando nuestros montes desde Manzanal hasta el Redondal, en las cimas de Castropodame y San Miguel de las Dueñas, causando una modificación paisajística feroz, que unida a la central térmica de Cubillos en el centro del Bierzo y las torres de alta tensión que recorren la comarca, dejan claro al viajero o posible visitante de la zona que el futuro de la comarca parece estar dedicado solo a la producción energética, alejando la posible recuperación del viñedo y la explotación hortofrutícola del Bierzo Bajo, además de un incapaz despegue industrial de la comarca a pesar de los muchos polígonos industriales existentes, todos con empresas pequeñas, excepto quizás la empresa de Comonor. Otra novedad de la revisión de las políticas energéticas hacia energías que cumplan mejor con el compromiso de Kioto, es la posible reconversión de Compostilla, que hasta ahora es altamente contaminante, aunque su impacto se vea mitigado por los posibles filtros que poseen. A todo ello se añade una central más de ciclo combinado, pero ésta sí en terrenos de Congosto, que ya antes vio mermado sus terrenos por la construcción del embalse en 1960, la construcción de líneas de alta tensión y el trasvase Boeza-Bárcena, una central que puede que contamine menos que la actual Compostilla, que utiliza carbón, pero que trae una saturación de producción de energía como único futuro para el Bierzo según se ha demostrado. ¿Es éste entonces el único futuro que nos queda al Bierzo? ¿Una Ciudad de la Energía, pero sin TAV y lo que es más importante, sin un entramado industrial destacado que aproveche esa energía que se produce aquí, ya que toda en su mayor parte está encaminada a la exportación y sostenimiento económico de otras regiones alejadas, a donde están emigrando nuestros jóvenes, que aquí no tienen futuro posible, porque antes se ha destruido la riqueza agrícola y del medio ambiente?.

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