SOMOS LEGIÓN
Claroscuros
EL INFORME de la Diputación Provincial sobre la situación socieconómica de las comarcas leonesas, del que hoy se hace amplio eco este periódico, es una de las radiografías más certeras y solventes de las que se han realizado hasta la fecha. No es que la enfermedad y sus diferentes síntomas sean algo nuevo pero sí es cierto que resulta muy importante aproximarse, con independencia y objetividad, a la realidad provincial porque es la única manera de ir acertando con las medidas paliativas. En ese claroscuro que se nos presenta -desde luego con más penumbras que luces- destaca el optimismo que rezuman los datos procedentes de los municipios del Esla y de Los Oteros, que han ido tejiendo, en estos últimos quince años, una esperanzadora urdimbre industrial abanderada por la fabricación de productos cerámicos y por un sector vinícola en auge que está sabiendo sacar partido a lo nuestro. La confianza en las posibilidades de una industria transformadora de nuestros productos marcan la senda a seguir en otras zonas donde la imaginación parece agotarse en la supuesta panacea del turismo rural o, simplemente, se ha tirado la toalla, y se ha decidido acuartelarse en el territorio estéril de los subsidios. Desde luego que no son fáciles las salidas a este túnel -ahí está, siempre presente y condicionante, ese tumor maligno de la despoblación- pero, al menos, este tipo de estudios pueden servir de acicate: «Si estos pudieron, ¿por qué nosotros no podemos?». El dilema tierra rica-tierra pobre no se resuelve con inacción y desesperanza.