Decisiones sorprendentes

EXTRAÑEZA y estupefacción. En la sede del Procurador del Común hay como una especie de agitación. Ni siquiera la mañana de cristal, fría y de sol, de este fin de semana ha bajado la inquietud. Y no se debe, quiá, a que hayan recibido de uñas al nuevo titular, Javier Amoedo Conde. Todos resaltan su solvencia jurídica y su idoneidad para el cargo. La extrañeza la enhebran en que había prometido que poco o nada iba a cambiar. Y no ha sido así. Media docena de asesores de base -todas ellas mujeres- y el secretario general, Fernando Santamaría, han recibido la carta de despido. O de cese. Bueno, una de ellas, en el plazo de 72 horas, firmó el «recibí» del despido y de continuidad. Una carta fechada el mismo día de la toma de posesión de Amoedo y entregada a sus destinatarios en la mañana del día siguiente. Una decisión que tiene poco de discrecional y mucho de arbitraria. Parecen ceses selectivos. Aunque son personal de confianza y todos están cesados tras la toma de posesión del titular, las formas son más que discutibles. Todos habían sido invitados a la toma de posesión. Y allí estuvieron disfrutando de la solemnidad institucional. Pero al día siguiente se encontraron con el recado . El disgusto es mayúsculo. Ni siquiera les agradecen los servicios prestados. Item más: el anterior titular del Procurador del Común, Manuel García Alvarez, tampoco se ha despedido de la plantilla. ¿A qué se debe la conculcación estética de la medida? Los ceses están firmados por Javier Amoedo, ¿pero no serán un gol que le han metido por toda la escuadra desde dentro? ¿O es que ha llegado al cargo institucional con la mochila repleta de compromisos?. El comienzo, desde luego, no es bueno. Parece mejor el del nuevo secretario general de UGT, Arturo Fenández, elegido ayer en el congreso provincial del sindicato socialista. Aspira a igualar, y si es posible a superar, la fecunda gestión de Ramón Sánchez. Ardua tarea. Mis ojos siguen mirando desde este balcón hacia lo cercano. Hoy no elevaré la mirada sobre las cimas. Y se me antoja que Mario Amilivia, corregidor de León, tiene razón al proponer que las obras del Palacio Conde Luna se amplíen al conjunto del edificio y se rehabilite íntegramente para usos más generales, en lugar del previsto Museo de Semana Santa. Peor concepto me merece la nueva visita del consejero de Agricultura, José Valín, al Páramo. Llegó Valín y no explicó qué hace en la delegación española que negocia la nueva OCM del azúcar y de la remolacha. Aprovechó el viaje, por el contrario, para sembrar insidias contra el Gobierno. Es evidente que si todos los miembros de la delegación negociadora española son como José Valín el fracaso está asegurado. Y sin salir del territorio: la Junta aprobó el viernes unilateralmente el llamado Pacto Local. Al hacerlo unilateralmente es cualquier cosa menos pacto. Han dado quince días a los municipios y diputaciones para que se adhieran. Es una forma completamente arbitraria de actuación. Los ayuntamientos y diputaciones no pueden aceptar este «lo tomas o lo dejas» sin caer en una clara dejación de su autonomía. Y es mucho más importante que discutan las competencias que quieren asumir y las transferencias económicas que la Junta debería hecerles.