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Publicado por
PANCHO PURROY
León

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ABUSAMOS del catastrofismo sanitario con pronóstico de millones de personas muertas por pandemias transmitidas desde animales. Ya nos hemos olvidado de la que se armó con las vacas locas y la previsión de una multitud víctima de la enfermedad de Creutzfeld-Jakob. ¿Conseguirá la gripe de la volatería doméstica convertirse en látigo de la humanidad ¿ La gripe del pollo, muy contagiosa, ya se identificó en Italia hacia el año 1900 y se considera endémica, en Asia meridional, desde el 2003. La cepa H5N1 puede sobrevivir cuatro días en cadáveres de aves y basta un gramo de estiércol infectado para contaminar un millón de pollos. Las consecuencias económicas para las granjas son muy severas: buena prueba la tenemos en los 160 millones de pollos sacrificados preventivamente en Asia, equivalentes a 200.000 toneladas destruidas de carne. Los brotes de aves salvajes afectadas en Siberia y su posterior migración hacia oeste y sur, han desatado el control de aves migratorias, en especial alrededor de humedales muy concurridos en la invernada, de forma que no salte el virus hacia criaderos al aire libre. Más miedo da la importación fraudulenta de aves de granja o de aviario, a pesar del cierre en las fronteras de la Unión Europea. El peligro lo tenemos en la recombinación del virus aviario y otro ya adaptado al hombre. Como esta cepa pajarera es muy patógena, puede transmitirse directamente, con el primer caso en Hongkong, en 1997, y la posterior sesentena de muertes comprobadas. Hoy, no se conoce la transmisión interhumana del H5N1. La probabilidad de recombinarse es real pero débil, por una razón evidente: la cepa aviaria mata velozmente a las víctimas. No tiene tiempo para adaptarse, sin dar síntomas, a un portador aparentemente sano que podría infectar a su parentela. Un epidemiólogo con humor comenta: «El H5N1 es demasiado mortal para considerarlo peligroso». Otros expertos afirman que llegará una pandemia de gripe aviaria, pero nadie sabe cuando.