ZP, mineros y obispos

GOBIERNO extraño el de Rodríguez Zapatero. Resulta difícil saber si cede a muchas aspiraciones nacionalistas y a varias reivindicaciones sindicales por debilidad, dada su insuficiencia parlamentaria, o si actúa así por la fortaleza que le imprime su convicción de representar fielmente a una España poblada de realidades antes ignoradas. Si se contempla la sucesión de reivindicaciones sociales, ensartadas en el encarecimiento del petróleo, podría deducirse que los sectores más afectados -pesca de bajura, agricultura y transportes- piensan que el Gobierno acabará concediéndoles las subvenciones reclamadas. El antecedente de la respuesta gubernamental al bloqueo de los puertos mediterráneos por la flota de bajura alentaría en cierto modo la predisposición de los agricultores a cerrar las carretas, autovías y autopistas a partir del día 20. Pero ya no es sólo la pesca, económicamente reconfortada tras sus bloqueos, o el transporte y la agricultura los sectores que se encolerizan por el encarecimiento del gasóleo, para conseguir que el Gobierno les compense con dinero público, extraído de bolsillos que también pagan gasóleo y gasolina a alto precio; sucede que hasta los mineros del carbón o los señores obispos, descontentos con el laicismo instalado en La Moncloa, son quienes o se han manifestado contra decisiones del Gobierno o alientan manifestaciones que van a producirse un día de estos. En León vivió ZP hasta que, arrastrado por su talante, se mudó a La Moncloa. Y ver que en su ciudad se movilizaban contra él los mineros por los que deseaba partirse el pecho en su defensa debió ser una impresión más bien triste. Hoy se encargará el ministro de Industria, Montilla, de negociar con los sindicatos mineros unos flecos del acuerdo preexistente, los que han originado estas movilizaciones, pero sabiendo ambas partes que se tratará de parches a una situación que no tiene más salida que el fin de la extracción minera, por no ser en absoluto rentable. Siempre quedaría un pequeño retén por si algún episodio energético mundial aconsejase la vuelta al carbón leones y asturiano. Y la manifestación organizada contra el proyecto de la LOE por una confederación de padres católicos se está viendo apoyada por el Episcopado, especialmente por el sector más influido por el cardenal Rouco Varela. ¿Cederá Zapatero por debilidad a las peticiones de los manifestantes? No va a mandarles a los guardias, como el viernes se los envió a los mineros, pero no es de esperar que modifiquen lo más mínimo desde la calle un proyecto gubernamental que sólo podría ser enmendado en el parlamento.