Más de lo mismo

MAÑANA SÁBADO, miles de ciudadanos se echarán a la calle para protestar contra la última reforma educativa, la llamada LOE, de la ministra María Jesús San Segundo. La LOE viene a derogar la ley que hizo Pilar del Castillo, la última ministra de Educación de Aznar, que dicho sea de paso, no tuvo la oportunidad de desarrollar la ley. Lo cierto es que la ministra San Segundo, lo mismo que su antecesora en el cargo, no ha hecho lo fundamental, lo que los ciudadanos esperamos de nuestros gobernantes: que sean capaces de consensuar las leyes que forman parte de la columna vertebral del Estado. No sé cuando el PP volverá a ganar las elecciones, pero sí sé que la LOE de la ministra San Segundo la tirarán al cesto de los papeles, lo mismo que ha hecho ella con la ley del PP. Y así podemos estar eternamente, eso sí, sin que los responsables de los dos grandes partidos sean eso, responsables. Socialistas y populares, populares y socialistas, están causando un grave perjuicio al sistema educativo español. Hay leyes que deben ser el resultado del consenso y, por tanto, no pueden ser leyes partidistas porque nos afectan a todos. La realidad es que la educación en nuestro país está bajo mínimos, por más que los «cursis» crean que educar es sólo tener ordenadores en las escuelas y aprender inglés. Es lamentable que la ministra San Segundo mande a las Humanidades al limbo de los justos, como es lamentable que la educación en España no sea homogénea, y depende de dónde estudies, así te enseñan. Puestos a lamentar, hay que hacerlo de la quiebra del modelo educativo socialista en las escuelas públicas, donde en muchas hay que entrar casi con casco porque se ha quebrado la disciplina, porque los directores no pintan nada y mucho menos el claustro de profesores. Donde hay vigilantes de seguridad en los patios, donde los chicos pueden insultar impunemente a los profesores... La Logse fue un desastre, aunque en realidad, de José María Maravall hasta aquí, todas las reformas educativas han resultado a cual peor. Ahora los populares salen a la calle, lo mismo que en su día los socialistas salieron y animaron las protestas contra la Ley de Pilar del Castillo, porque éste es el cuento de nunca acabar. Lo peor es que las víctimas de tanta irresponsabilidad son nuestros niños, generaciones de niños que están recibiendo una pésima educación. Eso sí, con ordenador.