EN POCAS PALABRAS
Dos varas de medir
MUCHOS hombres y mujeres del Tercer Mundo, africanos en su mayor parte, han pagado con su vida el anhelo de llegar a Europa, a España, a conseguir una expectativa vital que no lograron en sus países de origen. Otros han tenido que pasar varios años de clandestinidad y explotación hasta dejar de ser incómodos «sin papeles». En este marco sórdido de marginalidad e inhumanidad, algunos futbolistas extranjeros, estrellas multimillonarias, han conseguido la nacionalidad española en tiempos récords. El afán no ha tenido nada de patriótico: simplemente, así los clubes, que tienen marcado un cupo de extranjeros, pueden contratar a otro futbolista extracomunitario. en este mercadeo, en el que están juego los destinos de los seres humanos, hay dosis inaceptables de cinismo y hasta de corrupción.