EL BALCÓN DEL PUEBLO
La LOE y el negocio
CUANDO comienzo este artículo, el Celje esloveno está palizando al Ademar, y por las calles de Madrid una riada de sotanas se manifiestan contra el proyecto de Ley Orgánica de Educación (LOE) que el Gobierno va a remitir al Parlamento en fechas próximas. Como siempre, hay polémica sobre el número de asistentes. Unas fuentes manan decenas de miles de personas y los convocantes lo cifran en millón y medio. Quédense con menos de la mitad y seguro que aciertan. La manifestación, en cualquier caso, ha sido importante en cuanto al número de participantes. Y sobre lo que convendría reflexionar es que la izquierda podría caer en la irresponsabilidad, agresividad y sectarismo de los organizadores, la cúpula de la Conferencia Episcopal y el PP. Porque lo cierto es que la izquierda tiene muy fácil convocar una manifestación en defensa de la educación pública que reúna al doble de manifestantes y que, además, recuerde a la Conferencia Episcopal que los centros de enseñanza concertados reciben del Estado cada año medio billón de las antiguas pesetas. O que la propia Conferencia Episcopal recibe del Gobierno, además de lo que señalan los ciudadanos en el IRPF, 25.000 millones de pesetas más cada año, gracias a un Concordato que es claramente inconstitucional. Lo peor de esta manifestación es que ha sido organizada con groseras mentiras sobre la asignatura de Religión o sobre el derecho de los padres para elegir centros para sus hijos. Ayer mismo escuché en una emisora a Isabel Bazo, presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, la organización convocante de la manifestación. Negó que la enseñanza fuera un servicio público a los alumnos y afirmó que era sólo un derecho de los padres. Para acabar, hizo el siguiente símil: ¿Qué pensaría un carnicero al que el Estado le abre enfrente de su negocio otra carnicería que le hace competencia desleal?. Está claro: la presidenta de marras lo que defiende es su negocio. Eso sí, financiado con fondos públicos. A la manifestación asistió la cúpula del PP, excepto Mariano Rajoy, y una veintena de obispos, sus auténticos valedores. La Conferencia Episcopal, como se sabe, está dirigida de hecho por el triunvirato Rouco/Cañizares/Camino, que son los inspiradores de los medios de comunicación que vomitan fuego de azufre y siembran el espíritu guerracivilista. Ellos son los responsables de estar resucitando en España un sentimiento anticlerical, que es muy distinto de antirreligioso. Hay ciudadanos que se preguntan si la Conferencia Episcopal manda en el PP, o es el PP el que corta el bacalao en la CE. La respuesta es que hay tres sectas integristas y de extrema derecha que compiten e inspiran a la vez a las cúpulas de la CE y al PP y los llevan uncidos a posiciones más inciviles. Ángel Acebes nunca ha negado que pertenece a los Legionarios de Cristo, una de las sectas. El Gobierno no puede caer en las continuas provocaciones que estos sembradores de cizaña y catástrofes organizan. Es el primer servicio que puede prestarnos. Sin embargo, se echa en falta un PSOE con mayor capacidad pedagógica para explicar la política del Gobierno. Ah, se me olvidaba: el Ademar perdió ante el Celje (35-27).