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Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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TE DEVUELVO el abrazo, Pedro Álvarez. No suelo replicar jamás a mis lectores. Entre otros motivos, porque estoy orgulloso de que me lean, aunque discrepen. Disentir es un derecho constitucional. Sin embargo, permítanme que haga una excepción. Pedro Álvarez, al que quizá no conozco, extrae de mi artículo sobre la manifestación de Madrid contra la LOE algunas frases, en verdad publicadas, pero sacadas de contexto. Cita con exactitud: «riada de sotanas; irreponsabilidad, agresividad y sectarismo de los organizadores; groseras mentiras; espiritu gerracivilista; sectas integristas; sembradores de cizaña y catástrofes». Tal parece que hice una reflexión apocalíptica. Y no. Si ha leído a otros columnistas, comprobará que no pocos coinciden con mi análisis. Respeto profundamente la opinión del lector. Puede ser tan rigurosa como la de quienes comparecemos a diario en el periódico. Por supuesto que los manifes tantes estaban en su derecho de protesta. Y que fue importante. Así lo reconocí. Y así, también, lo ha valorado el presidente del Gobierno, quien hoy recibirá en Moncloa a sus organizadores. Pero es inequívoco que se vocearon «mentiras groseras», tanto en lo relativo a la asignatura de Religión como a la libre elección del centro por los padres. No voy a repetir lo publicado. Me reafirmo en todo. Y tenga usted la certeza de que no sólo he echado un v istazo al proyecto de la LOE. Lo he releído en su totalidad. Ah, y un último recordatorio: no tengo huerto al que mirar desde este balcón. Me encantaría, pero no puedo ver crecer las lechugas, ni madurar la ciruelas claudias o los tomates. Desde este balcón aspiro a seguir voceando para el pueblo todo aquello que me dicte la conciencia. Habrá comprobado, porque tengo claro que me lee, que después de la manifestación he escrito sobre el tema. Incluso quién rompió la negociación del proyecto de Ley des pués de cuatro reuniones. Estaban de acuerdo en trece puntos y disentían en dos. Uno de los encontronazos era de este tenor: los centros concertados querían plena libertad para elegir a los alumnos. También he opinado sobre la postura del PP, que con una mano ofrece pacto y con la otra lo convierte en un parto imposible. No es de recibo ofrecer un pacto educativo para toda una generación exigiendo que se retire el proyecto de la LOE. Ni el Gobierno, ni el resto de los partidos políticos pueden asumirlo. Comparto lo declarado por el convergente Duran Lleida: «Esta Ley ya no pertenece al Gobierno ni éste puede retirarla. Esta Ley pertenece ya al Parlamento, y es aquí donde se tiene que modificar, negociar y cambiar». Sin embargo, Mariano Rajoy mantiene la postura numantina: ni enmiendas, ni debates, ni nada. O sea: pura confrontación. Yo creo que lo que se busca es hacer ruido. Se han puesto altavoces a la financiación de la Iglesia. Bien, pues resulta que el PS OE ha sido su valedor, votando en contra de la enmienda de IU. Todo sigue igual. ¿A qué viene, pues, tanto ruido?. Dicen que el poder envilece. Quizá lo que deberían hacer los políticos es seguir la recomendación de Unamuno: envilecerse lo menos posible. Le devuelvo el abrazo, Pedro.