Diario de León

CON VIENTO FRESCO

Treinta años después

Publicado por
JOSÉ A. BALBOA DE PAZ
León

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HACE TREINTA años de la muerte, tras una larga agonía, del general Franco, quien durante cuarenta gobernó España con mano dura. Recuerdo bien aquellos días de desasosiego, incertidumbre y esperanza. Estudiaba en Oviedo el último curso y todos, por unas u otras razones, esperábamos el desenlace. Recuerdo la noche de su muerte; la alegría de los que brindaban por ella, y el dolor de los que en las colas del día siguiente querían darle un último adiós; pero sobre todo recuerdo la esperanza que suponía el que, por fin, con su muerte, podría abrirse definitivamente la puerta a un cambio de régimen, y a una restauración de la democracia, que era el anhelo compartido por la mayoría de los españoles. En esa restauración todos tuvimos que hacer un ejercicio de buena voluntad para, sin olvidar la historia, superar el pasado. Se trataba, en la política diseñada por el partido comunista, de una reconciliación nacional que, en estos treinta años ha dado unos buenos resultados, haciendo de España uno de los países más ricos y prósperos de nuestro entorno. Algo ha cambiado en los últimos meses: aquel espíritu parece haber dado paso a un nuevo enfrentamiento, a las dos Españas de otros tiempos, aunque ahora no por causas estructurales de desigualdad de clases, sino por razones estrictamente ideológicas y partidistas. Uno de los campos de batalla de esta nueva contienda está en la revisión del pasado y, especialmente, en el tratamiento de la figura de Franco, las causas de la guerra, y la represión ejercida por ambos bandos durante aquélla y en la posguerra. El sábado pude comprobarlo en los estantes de una librería de la capital. Los libros sobre esos temas eran abrumadores. A las biografías y libros sobre la guerra de los Preston, Thomas, Tuñón de Lara, Tamames, Casanova, Juliá, La Cierva, de la transición, casi siempre favorables al bando republicano; se añaden ahora los nuevos de Luis Suárez, Pío Moa, César Vidal, Payne, Escolá, Beevor y otros, con visiones muy diferentes: en el último decenio han primado las de signo conservador, aunque en estos últimos años vuelven a ser mayoría los defensores del bando republicano. Se podría pensar que tras treinta años, los historiadores ya tienen una perspectiva para someter el pasado a un análisis objetivo y desapasionado, pero no es cierto. Ni en esos libros de historiadores profesionales, ni muchos menos en la cantidad de los que se escriben sobre temas más concretos por publicistas, seudohistoriadores o periodistas hay la menor objetividad. La historia de aquel periodo se ha convertido en un campo de batalla en el que dirimir los enfrentamientos políticos del presente. No es ninguna causalidad que dicho revisionismo venga acompañado de la eliminación de las estatuas de Franco de las plazas y parques de numerosas ciudades españoles este mismo año, junto con los homenajes a figuras destacadas del bando republicano y nacionalista, como Carrillo o Companys; no lo es tampoco que algunos de los partidos que apoyan a Zapatero planteen la demolición del Valle de los Caídos y la desaparición de todo vestigio que recuerde aquellos años y aquel régimen. No se trata de revisar la historia para que en los estudios serios y objetivos de los historiadores todos nos sintamos identificados con el pasado, porque lo hayamos integrado y superado. No. La Historia se está utilizando con sentido partidista porque en realidad se intenta una nueva transición, que ahora sí suponga la ruptura que no se hizo tras la muerte de Franco. Es la ruptura lo que buscan con ahínco no solo los sectores más minoritarios y extremistas de la izquierda junto con los nacionalistas, sino una parte del PSOE, con Zapatero a la cabeza, que se ha embarcado en esa dirección sin sopesar a dónde nos puede conducir. Pretenden eliminar al PP, al que identifican con el pasado franquista, cuando, en realidad, todos lo somos en mayor o menor medida. La última encuesta del CIS parece contradecir esa política, pero dudo que eso le haga cambiar a este presidente.

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