Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

Creado:

Actualizado:

UN CAFÉ, que aunque a algunos les quite el sueño a otros nos aumenta los sueños; una copa, que a los que no somos abstemios empedernidos nos gusta que la acompañe otra; una buena conversación con amigos, preferentemente no improvisados, y el humo de un cigarro, que siempre te asciende la mano hasta tocar el cercanísimo techo de la felicidad posible. Todas estas cosas pasajeras son inmortales. Los que aspiramos a profesar doctrinas vitalistas hasta la víspera de nuestra muerte agradecemos que el Senado alargue a 18 meses el plazo para crear salas de fumadores en la hostelería. Estimábamos de muy mal gusto abandonar la reunión para encender un pitillo en el retrete. Para ir a ese imprescindible lugar, que mi abuelo llamaba el «excusado», hay que tener ganas, pero no exactamente ganas de fumar. Nos han concedido una prórroga a los depravados que continuamos fumando por dos razones fundamentales: porque no tenemos tos y porque los estancos siguen abiertos. Si bien se mira, dieciocho meses son muchos días, o sea muchos paquetes. La Comisión de Sanidad de la Cámara Alta ha hecho posible una flexibilización en el intento de aplicar la terrible ley que impedirá las más plácidas sobremesas. Se han mostrado comprensivos temporalmente y además han aprobado en comisión, con los votos de PP y CiU, financiar los medicamentos para dejar de fumar. Aún no hemos conseguido ningún fármaco eficaz para lograr que nadie experimente el deseo de hacerlo y por lo tanto se establecen leyes antitabaco para castigar a los malvados que contribuyan a la Hacienda Pública fumando en público. Me cuento entre los que agradecen la moratoria, pero no quiero hacer prosélitos. Fumar es malo, del mismo modo que comer fruta es bueno. Lo que no está bien es atentar contra la libertad e impedir a alguien que haga lo que le salga de los pulmones.

tracking