Cerrar
Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

Creado:

Actualizado:

¡CUIDADO, mundo! El agobiante imperio de las buenas intenciones que se ha adueñado de un rosario de Estados de la América profunda distinguidos por el uso indiscriminado de las palomitas de maíz y los revólveres, el llamado Cinturón de la Biblia, pretende voltear la ruleta cósmica de las verdades científicas e imponer por las bravas el Dios de catecismo imaginado por la eterna fe de los mayores. A estas alturas de la peli tratan de impedir que se explique en las escuelas la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies, borriqueante iniciativa que para asombro general ha llegado hasta los tribunales federales en su recorrido jurídico. Estamos ante una nueva versión del conocido en 1925 como «juicio del mono», cuando un profesor fue multado por afirmar ante sus alumnos que el hombre desciende de un orden inferior de animales. Es seguro que semejantes inquisidores están más colgados que un jamón de pata negra, al igual que ese presidente Bush entusiasta igualmente de las teorías revisionistas, pero lo cierto es que nos movemos en una macedonia de raptos místicos donde estos cristofascistas se sienten a sus anchas. Aunque, haciendo acopio de la caridad, uno pueda entender que cuando un granjero de Kansas echa mano al álbum de fotos familiar y comprueba que su abuela Gemima tenía bigote y presentaba un parecido harto sospechoso con la mona de Tarzán, se acuerde malamente de Darwin y de toda su parentela. Y así surge el viejo chascarrillo: En suma, para dar fin/, allá mis ideas van:/ el primer padre fue Adán/ y el mayor mono Darwin.

Cargando contenidos...