AQUÍ Y AHORA
Relaciones excelentes
SON TANTOS los disparates que cometen nuestros amados gobernantes, tan seguidos y tan grotescos, que uno no da abasto. Muchos se quedan sin constancia de su existencia, por pura falta de tiempo para abordarlos. El último -al menos cuando se escriben estas líneas- es el del ministro Moratinos, que ante más de cincuenta embajadores acreditados, ha proclamado que nuestras relaciones con Estados Unidos son «excelentes, muy fluidas y muy intensas». Claro, que todo depende de lo que entienda el ministro por semejantes calificativos; pero es evidente que la imagen que quiere transmitir es que la cosa con Washington no puede ir mejor. Y a lo mejor resulta que tiene razón: que las relaciones del Gobierno con Washington no pueden ir mejor, al ser imposible que mejore el Gobierno Zetapé. Porque los hechos mondos y lirondos son que el Gobierno de España, aliado militar de Estados Unidos, se dispone a vender material de guerra al régimen venezolano de Hugo Chávez, el amigo de Fidel Castro; que el embajador de Washington en Madrid comparece ante los medios -acto ciertamente inusual- para decir que su Gobierno no ha decidido aún si dar o negar el permiso para vender tecnología norteamericana a Chávez; que el «satrapilla» venezolano ha exigido que en la firma del contrato estuviese en Caracas el ministro español de Defensa, y que José Pepe Bono (como lo llama Chávez) estuvo. Hay que hacer, sin embargo, como si no nos diéramos cuenta de que nos toman por idiotas, porque de lo contrario seremos acusados de fomentar la crispación y el odio. Y eso sí que no.