EL BALCÓN DEL PUEBLO
Planificar el futuro
HACE UNOS días se publicó en este periódico un reportaje sobre el futuro Plan General de Ordenación Ubana (PGOU) de Villaquilambre. Viví algunos años en uno de los pueblos del municipio. Quizá por ello analicé con lupa el trabajo. Compartí vecindad en Villarrodrigo de las Regueras con Pedro García Trapiello. Y no pocas veces hablamos de la gran anarquía urbanística que había en la zona. Se construía sin licencias, sin servicios de alcantarillado, agua corriente y otras certificaciones obligatorias. El corregidor actual, Miguel Hidalgo, ha vuelto a demostrar que tiene en la cabeza, no el Aranzadi, pero sí todo lo que afecta a la administración local. Un alcalde del que puede sentirse orgulloso el municipio. A los hechos me remito. El PGOU de Villaquilambre es el más original y ambicioso en planificación de los que he visto en la provincia leonesa. Contempla convertir diez pueblos y docenas de urbanizaciones dispersas en una ciudad al norte de León, a la vera de los Hospitales y de la Universidad. Para ello convertiría dos carreteras -la León/Santander y la León-Collanzo- en vías urbanas, y en cambio, la gran circulación se trasladaría a un vial de nueva construcción por el centro de la vega. También contempla el desplazamiento de la vía de Feve, que se convertiría en un tranvía urbano. A la vez, se prevé potenciar el río Torío, que pasaría a ser una seña de identidad del municipio en lugar de obstáculo y, a la vez, vertedero que es hoy. La propuesta del Ayuntamiento de Villaquilambre es, en primer lugar, sorprendente. Por una razón: estamos acostumbrados a que ayuntamientos grandes, como León y Ponferrada, planifiquen poco, y además, chapuceramente. Y también a que los ayuntamientos colindantes con ambas ciudades no planifiquen nada. Siguen con mentalidad de ayuntamientos rurales dependientes de subvenciones, mientras en sus te rritoios se especula con el suelo de forma feroz y anárquica. Algún caso en el alfoz de León ha sido clamoroso. En este contexto, el proyecto de Villaquilambre de planificar el desarrollo para medio siglo es una señal de esperanza de cómo puede estar cambiando la mentalidad en los responsables municipales en lo que es su primera responsabilidad: la planificación urbanística. La tónica general hasta ahora era pensar en el día a día exclusivamente. Es decir, perdiendo la perspectiva tanto del futuro como de la conservación del pasado. Con estos planes no cabe duda que Villaquilambre, además de pasado, tiene futuro. No sé si el PGOU de Villaquilambre tiene algo que ver con el diseñado por el corregidor de Móstoles. Supongo que realmente no. El alcalde de Móstoles invitó ayer al líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a sobrevolar el municipio para visionar su desarrollo. Un golpe de viento alevoso derribó al helicóptero del trance. Por fortuna, todos salieron ilesos. Lo celebro. Lo que no puedo celebrar es el fallo del Premio Cervantes de Literatura 2005. Estaba nominado el leonés Antonio Gamoneda, pero el galardón se lo han concedido a Sergio Pitol. No pasa nada, Antonio. Otra vez será .