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Publicado por
B. CABEZAS GONZÁLEZ-HALLER
León

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EN ALGUNAS conferencias se dicen cosas que nos interesan a la mayoría, pero sólo se enteran unos pocos, porque eso no se repite en las televisiones ni en las tertulias, porque deben hablar mucho de fútbol y chismes. Lo que se dice, en las conferencias, es que el modelo capitalista neoliberal, tal como está estructurado, favorece sólo al gran capital, a costa de empobrecer a la mayoría de los ciudadanos. La concentración de capitales en manos de pocos les permite comprar todo lo que es negocio, tragar a los pequeños empresarios y cerrar el campo a nuevos emprendedores con poco capital. La alternativa que se propone es el cambio de este modelo, depredador sin limites, por un modelo social razonable que evite que el dinero sea el que manda. El cambio de modelo implica, en primer lugar, cambio de mentalidad de las personas, empezando por ocuparse de la educación de los niños, de los jóvenes y de poner en su sitio al conjunto de los ciudadanos, enseñándoles a pensar, a reflexionar y a aprender a aprender, y no lo contrario. También se dice que urge erradicar a los cultivadores del chovinismo y de la ignorancia, para aprovecharse después de ella. Nadie tiene que tener derechos superiores por ser hijo o hija de determinadas personas ¿Qué igualdad es esa y qué democracia? Los niños y los jóvenes son el futuro y los adultos el presente. El modelo, aunque la mayoría no sea consciente de ello, ha obligado a la mayoría de las madres -hay algunas con demasiados privilegios- a abandonar a sus hijos, confiarlos, después de parirlos, a cuidadoras o cuidadores, porque ellas, que son las que deberían hacerlo, están obligadas a ir a trabajar para pagar la hipoteca del pisito y para vivir, porque con el sueldo de una sola persona no se puede. Esto es lo que esta destruyendo la familia y la educación de los hijos, no la protección de los derechos civiles de los homosexuales que, siguiendo el mensaje de Evangelio, son así porque Dios ha querido. No pensé que los obispos españoles padecían tanta ceguera, o tanto egoísmo, por ocultar que es el modelo productivo el que rompe la familia, porque ellos lo saben muy bien. Es verdad, el bienestar exige él deber de trabajar para disponer de recursos necesarios, pero todos. Al otro lado, debe estar el derecho a participar en ese bienestar, pero todos. El modelo actual sólo da opción a trabajar a los que necesita. El resto está condenado a estar parado, a no tener dinero, ni garantías, ni crédito, o dedicarse, el modelo lo permite e incluso da facilidades, a utilizar estrategias, como robar, engañar, prostituirse, y más... Un modelo inteligente, solidario, humano, diseñado, pensando en todas las personas y no sólo en algunas, obligaría a todos a trabajar para cooperar en la producción de recursos y no permitiría que unos pocos se apropien de lo que les conviene; tampoco permitiría vagos, ni las diferencias sociales tan groseras cómo las que tenemos. Estas diferencias no sólo no le preocupa a algunos partidos, sino que la defienden. Hay obispos que se suman a las soflamas de se «rompe España». Sólo en un modelo como éste, se puede explicar que una minoría elitista dirija a una mayoría suficiente que acepta que esa minoría, sin ética y con mucho morro, se aproveche de los beneficios de la mayoría. España ya hace años que está rota por las desigualdades sociales, así que no anden enredando y obstaculizando. Tenemos más de seis millones de pobres. Hablen de eso. Hace demasiado tiempo que soportamos la imposición de este modelo insolidario, que desiguala y abre las puertas a la corrupción institucional y a la no institucional. Hay demasiados casos que se legalizan, con las leyes ad hoc, para dar cobertura a operaciones de gran dimensión económica o política. Voy a poner un par de ejemplos: Estos días hemos leído en la prensa que en el «programa humanitario petróleo por alimentos», durante el embargo a Irak, más de 2.000 empresas, de los 4.500 seleccionadas, cometieron fraude o corrupción. Entre éstas figuran unas cien empresas españolas, que deberán demostrar que ellos no, sí pueden. En esa lista está la Fundación Humanismo y Democracia ligada al PP. El presidente, es o era en aquel momento, Javier Rupérez. Por otro lado, Prosegur, empresa de seguridad, siendo ministro de Defensa Federico Trillo, según se ha publicado en un medio, desde el año 2000 al 2004 obtuvo contratos por un valor de 7.154.151 euros. Es dinero. Y resulta que Trillo fue nombrado asesor de esa empresa después de cesar como ministro. Qué casualidad. Este modelo tiene leyes muy buenas para algunos, para los que las hacen a medida, y muy malas para otros: para los que las sufrimos. Podemos seguir con Trillo, porque su caso es norma que incluye a todas las castas políticas. Resulta que Trillo, recibe del Estado, unos 200.000 euros al año -cobra como diputado y portavoz, 77.000 euros, y como ex presidente de del Congreso unos 150.000 euros-. Esto es legal, por- que han querido que sea legal, pero no deja de ser un desprecio a la mayoría de los ciudadanos. Lo que se cuestiona es cómo el modelo permite tantas ventajas para unos y es tan miserable con otros. En España hay más de seis millones de pensionistas, la mayoría ha dejado la piel trabajando toda la vida -esos sí que han defendido a España- y cobran menos de 600 euros al mes. Para evitar esto no propone el PP mociones en los Ayuntamientos, todo lo contrario. Ahora mismo, Tony Blair, al que le toca presidirnos, propone reformas en el modelo para evitar la decadencia de Europa. Pero es el modelo precisamente el que ha propiciado, en los últimos diez años, la decadencia europea, la cual está produciendo los problemas sociales y económicos de aquella Europa, en la que todos hemos querido estar, porque el modelo de la socialdemocracia, liquidado ahora por el liberalismo salvaje, ofrecía salarios dignos, educación, sanidad, en definitiva bienestar aceptable. Sin embargo, el actual modelo neoliberal, en el cual sólo cuenta el dinero, las garantías sociales se pierden a favor de la imposible competitividad, porque de ninguna manera podemos competir contra lo imposible: con millones de chinos, de Indios, por poner ejemplos, que trabajan en régimen de esclavitud. Después de liquidar al comunismo, los ideólogos anglosajones americanizados, se propusieron destruir el modelo socialdemócrata que daba bienestar, porque eso de repartir la riqueza va contra el espíritu del capitalismo. Y lo han conseguido. Ahora los europeos o renunciamos a la protección social y a salarios dignos y trabajo seguro o las empresas se van a otros países, porque evidentemente no pueden competir con otras que tienen gente que trabaja mucho por poco dinero y ningún derecho.

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