Diario de León
Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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CABE suponer que, a estas horas y tras producirse el accidente en el que pudieron haber perdido la vida, tanto Mariano Rajoy como Esperanza Aguirre se habrán replanteado su propia razón de existir y su dedicación intensiva a la política. Es probable que a su anterior jefe, a José María Aznar, cuando sobrevivió al atentado terrorista etarra, le sucediera otro tanto. Y en todo caso, es posible pensar que el accidente al que han sobrevivido les puede cambiar el modo, la forma, la manera de entender las cosas, y acaso, por ejemplo, reducir la intensidad de la pelea política en la que participan. Porque, ciertamente, si en la actualidad cabe buscar a dos dirigentes políticos de la oposición que están perfecta y plenamente entregadas «a la causa», con toda certeza nadie supera a los dos viajeros del helicóptero que se estrellaba en la mañana de este jueves unos pocos minutos después de haber despegado de la Plaza de Toros de Móstoles, parece que al chocar contra las gradas de la propia plaza. Nadie como Esperanza Aguirre y como Mariano Rajoy aprovechan cualquier oportunidad para desacreditar al adversario y para proponer su propia solución alternativa. Luego, los electores dirán, pero el esfuerzo de ambos por «estar a todas» y salir al paso a cada nueva iniciativa del Gobierno parecen indiscutibles. Ciertamente, este jueves ha sido el día en el que el PP, el principal partido de la oposición, ha podido quedarse huérfano de líderes, porque, aquí y ahora, en este preciso instante, hay pocas dudas de que los dos viajeros representan y personifican los máximos valores del partido. Sería preciso, probablemente, viajar a Washington para hallar a su propia alternativa interna, en la persona de Rodrigo Rato. ¿Es responsable y, más aún, es recomendable que viajen juntos líderes políticos de esta envergadura e importancia? Suele explicarse que es raro el viaje en el que participan, juntos, dos miembros de la Familia R eal, precisamente por razones de prudencia. Algo parecido pudiera tener que imponerse también entre los dirigentes de un partido, o los integrantes de un Gobierno. Una tragedia aérea con esa clase de viajeros no sería del todo excluible. Por fortuna, ambos lo han podido contar: Esperanza Aguirre, a pocos metros del propio helicóptero destrozado, y Rajoy en la clínica en la que era atendido, tras apreciársele una fractura en un dedo y tras haber advertido algún malestar en la espalda. No es improbable que deban tomarse unos días de asueto para descansar. Y, por supuesto, para celebrar su propio nacimiento...

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