Diario de León
Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

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AÑOS ATRÁS se decía de los entrampados, menesterosos y manirrotos para los que llegar a final de mes es una pesadilla logística, que «debían más que Alemania», en alusión a la disparatada deuda adquirida por el país germano tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día el indicador del máximo nivel de débito ha girado más hacia el sur, exactamente en dirección a esta España regida en lo económico por el supremo mandamiento de «consumo, luego existo». El confort de la actual clase media obliga al pequeño pecado venial de endeudarse hasta las cejas en un producto inmobiliario de última generación, lo que supone una especie de cadena perpetua para el usuario que compra el cobijo donde discurrirá la epopeya de su propia vida. La compra del pisito de turno ha hecho un siete en la cartera hispana, cuya deuda conjunta asciende, según datos del Banco de España, a la pequeñez de 651.168 millones de euros, lo que vendría a ser el 80% del PIB. La desaforada actividad constructiva que tira de los parámetros económicos nacionales no tiene en cuenta, por lo visto, minucias como el desacierto de que el hipotecado se muera a destiempo, o aquel discurso de ahorro y austeridad que era un pilar básico en los usos de nuestros abuelos. La generación del bienestar total, auspiciada por un dios macroeconómico que rige los modelos globales, vive en el sagrado principio de la incertidumbre, tratando de olvidar que la realidad, esa tabarra puñetera y constante, siempre puede más que los planes mejor trazados. A este paso, y ya que la suerte no se puede almacenar, no vamos a tener dinero ni para pagarnos el entierro. 1397124194

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