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DESDE LA CORTE

Plan Pond's, belleza en siete días

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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AHORA que el Santo Padre se puso tricornio de la Guardia Civil, espero que nadie se escandalice de este símil. Rodríguez Zapatero ha escogido a sus apóstoles -casualmente a doce-y les ha dicho: «Id por toda España y predicad mi evangelio». Obedientes al mandato, hoy inician su peregrinación por todo el país, dispuestos a pregonar la buena labor que hizo el gobierno a lo largo de estos veinte meses. Como casi nadie se la reconoce, tienen que ser ellos los encargados de esta publicidad directa. Como la oposición hace tanto ruido con el Estatuto de Cataluña, la ETA, los desencuentros de Moratinos y Bono y otros entretenimientos de tertulia, tienen que emplearse a fondo para hacer más ruido todavía. Como en el viejo dicho, la acción política que se inicia con este esforzado gesto se podría resumir así: «el que más chufle, capador». Así que ahí van, a chuflar. Va a parecer una campaña electoral, con sus caravanas y sus equipos de prensa. Es como una acción relámpago de castigo a los incrédulos, 45 actos en una semana. Por la duración y la intención cosmética del empeño, me recuerda un producto que hace años se publicitaba así: «Plan Pond's, belleza en siete días». Al final del tratamiento, aparecerá el mismísimo Zapatero en carne mortal en un acto masivo en Torrejón de Ardoz y pondrá el broche de oro, el colofón grandioso, el gran cierre de la operación salvamento. Porque eso es, en el fondo y en la forma: una operación de salvamento. Es llamativo que en plena sociedad de la información, donde las noticias surgen y se cuelan por todas partes, y donde los gobiernos tienen procedimientos de gran eficacia para penetrar en la conciencia ciudadana, haya que hacer estas cosas: una comunicación artesanal y directa. Pero las encuestas han dicho que el mensaje no entra en el votante, que las buenas obras no son apreciadas, que ZP ya no es tan querido, y hay que actuar. Es el momento de recordarnos lo que han subido las pensiones y las becas, las reformas que se han iniciado y lo bien que va el país, contra la creencia general. En los periódicos estamos acongojados por la cantidad de literatura política que se nos viene encima. Las redacciones de política están preparadas para el diluvio de grandes frases, todas dichas con vocación de portada. En el PP han puesto a funcionar las trituradoras de Acebes y Zaplana, para salir de inmediato a destrozar, diabólicos, los seductores mensajes de los ministros misioneros. Este cronista se limita a dudar de la eficacia del esfuerzo, porque los asistentes a los actos serán los ya fieles que nunca abandonarán a ZP. ¿Y el pueblo? El pueblo, cuando oye sermones, se defiende con el refrán: «el buen vino no requiere pregonero».