El porvenir es suyo

NADIE debe llamarse a engaño. Hay que dejarle esa exclusiva a ellos. Nadie crea que se llevan tan mal como aparentan cuando se insultan mutuamente y se zahieren con el escaso ingenio que les ha dado Dios o don Carlos Marx. Los políticos siempre están de acuerdo en lo fundamental, que es el dinero que a juicio de ellos deben ganar. En materia de emolumentos no es que sean solidarios, es que son como hermanos. Por lo menos hermanos de leche y se congregan para sacarla de una vieja alcuza llamada España. El Partido Popular y el Partido Socialista, para demostrar que su enemistad es sólo verbal, han pactado un paquete de ventajas tan pesado que tienen que acarrearlo entre los dos. Eso sí, con el beneplácito del resto de los grupos políticos, que han dicho eso de «parte quiero, que si no me chivo». El Congreso de los Diputados tiene previsto aprobar planes de pensiones para los diputados y también indemnizaciones para cuando los parlamentarios dejen de parlar y además de guardar silencio guarden dinero. El llamado paquete de ventajas, que más que paquete tiene el tamaño de una maleta, incluye fondos de pensiones del diez por ciento de sus salarios y complementos para pueda alcanzarse la pensión máxima en casos de invalidez permanente que es la que sufren algunos durante toda su carrera laboral. También está previsto que cobren el sesenta por ciento de su retribución si no consiguen volver a sus antiguos empleos, situación que también se da con bastante frecuencia ya que antes de entrar en política no lo tenían. Le han quitado riesgo y emoción al noble oficio de arbitrar la convivencia, pero a cambio han conseguido tranquilizar sus nervios. El artículo primero de gran número de estos fantasmas es no pisarse las sábanas y el segundo utilizarlas para taparse unos a otros. En cuestiones económicas es, sin duda, el gremio más compacto de España. Enhorabuena y con nuestro pan se lo coman.