Sobre la formación ocupacional

ACTUALMENTE entre el Estado, las religiones, las nacionalidades, los partidos políticos, las culturas de referencia, las familias, las empresas, las asociaciones diversas, las prerrogativas educativas están sometidas a una dura disputa. Todos quieren decir algo y sobre todo la Iglesia Católica q ue está convencida de que representa la única legitimidad educativa posible. En medio de este maremagnum están los profesionales, el personal de atención directa que son los que están en la brecha, en el quehacer diario, los que ejercen su profesión y a los que es difícil mantener una asepsia ética, libre de prejuicios religiosos y políticos para transmitir valores y educar democráticamente. Educarse en democracia constituye un derecho de doble valor: dignifica y capacita a las personas y abre la puerta al ejercicio de otros derechos difíciles de hacer efectivo sin educación. Educarse se convierte en condición para el ejercicio de la ciudadanía. En este proceso existe una forma de enseñanza no valorada suficientemente en el Plan General de Educación. La formación ocupacional es una realidad diferente dentro de otra realidad compleja. Está en los aledaños del sistema educativo formal. Se puede caracterizar como educación no formal, no reglada, pues no pertenece al sistema educativo. No está regulada por la Administración Educativa. Los planteamientos de la Formación Ocupación no se contemplan en el capítulo de las inversiones educativas. Está en otra dimensión de utilidad pública. La gratuidad del sistema público desde la Educación Primaria hasta los estudios universitarios no incluye este tipo de enseñanza. Está segregada de la Red General de la Educación con el agravante de que recibe del sistema las personas segregadas por currículo (itinerarios educativos) e incluso por centros . En este sentido el Estado no tiene en cuenta las recomendaciones del Programa de Acción Mundial para las personas con discapacidad y normas uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las mismas personas de Naciones Unidas que indica: «Los Estados deben reconocer el principio de igualdad de oportunidades de educación en los niveles primario, secundario y superior para los niños, los jóvenes y los adultos con discapacidad en entornos integrados y deben velar porque la educación de las personas con discapacidad constituye una parte integrante del sistema de enseñanza» (Naciones Unidas 1996). La formación ocupacional es una formación básica y fundamental para la integración de las personas discapacitadas. Es integral e integrada: abarca no sólo el desarrollo liberal, sino también el educativo, personal y social. Es un proceso continuo. Es intencional y sistemática. Existen objetivos y propósitos educativos y se trata de un proceso planificado y programado para llegar a más metas concretas (cualificación, inserción laboral, integración social). Es una formación por áreas, programada en función de necesidades del entorno -distintos talleres: jardinería, horticultura, madera, fontanería, textil, cerámica, encuadernación, cocina...-. Es una formación puntual específica orientada a puestos de trabajo y actividades profesionales definidas. Es una formación tutelada de principio a fin, desde el inicio hasta la consecución del puesto de trabajo con seguimiento y apoyos permanentes (empleo asistido) para garantizar en lo posible la inserción laboral de la persona discapacitada. Este tipo de enseñanza, de formación, se realiza en Centros Ocupacionales: Centros Educativos y Formativos con un diseño curricular específico programado para la atención de personas con discapacidad mayores de 18 años. Es uno de los recursos actualmente más adecuado que existe en nuestro país para lograr la integración social y laboral de las personas adultas discapacitadas. Es un lugar de paso hacia otras formas de estar y de vida independiente. La vía de la formación ocupacional para las personas con discapacidad constituye un cauce normalizado para la inserción, de suma importancia, que pese a sus insuficiencias debe ser potenciado. El trabajo es considerado un factor fundamental de la transición a la vida adulta y del logro de una mayor participación, autonomía e independencia. La actividad laboral es un medio imprescindible para que todo Centro Ocupacional cumpla sus objetivos. Sin actividad laboral el centro ocupacional deja de serlo para convertirse en otro tipo de servicio, poniendo en entredicho una de las finalidades básicas: en el que cada persona discapacitada desarrolle al máximo sus potencialidades, manteniendo el mayor control posible sobre la propia vida (vida independiente) propiciando su participación activa en la vida de la comunidad (inclusión social) y su desarrollo personal y social como sujeto digno y valioso (autonomía, autoestima) así como la mejora de la calid ad de vida en todas sus dimensiones.