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Publicado por
ANDRÉS ABERASTURI
León

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UNA COSA es la confrontación política de los partidos y otra bien distinta utilizar la perversión del lenguaje para que cada uno lleve el agua a su molino dejando al ciudadano y a la sociedad -que siguen siendo la única razón de ser de la democracia- confundidos, ignorantes de la verdad, atrapados en los discursos contradictorios de los políticos e indefensos ante la interpretaron tantas veces interesada de los medios. Porque ¿hemos perdido o hemos ganado en la negociación de Bruselas? Miren que la pregunta es sencilla, pues no hay forma: para el Gobierno ha sido un triunfo -con cifras incluidas y pormenorizadamente explicadas- y para la oposición el mayor de los fracasos -con cifras incluidas y pormenorizadamente explicadas-. ¿Hemos perdido o no hemos perdido esos 40 millones de euros? Para unos no, para otros sí. Y lo que naturalmente piensa el ciudadano es que alguien miente. Y no es que mientan sino que pervierten el lenguaje y lo utilizan y lo retuercen para ofrecer la realidad desde el prisma que les viene bien. Pero uno se mosquea cuando un tercero como Blair asegura que la gran perdedora ha sido España junto a Irlanda pero a la vez tienes que darte cuenta de que también Blair está pervirtiendo el mensaje para justificarse ante sus ciudadanos. Humildemente pienso que se han salvado los muebles pero poco más. Podría haber sido un desastre en toda regla y a última hora se ha quedado en un pequeño y natural desastre: el que corresponde al peso de España en una Europa con 25 socios. ¿Qué el ZP se empeña en decir que somos la leche en el concierto mundial? Pues ya se sabe que no. ¿Qué el PP va a repetir hasta la saciedad que no pintamos nada en Europa? Pues ya se sabe que tampoco. En Europa quienes salen siempre más o menos bien parados son Francia y Alemania porque sobre ellos gravita buena parte de la economía y el liderazgo moral de la cosa y, naturalmente, Gran Bretaña porque vive al margen. Luego hay cuatro o cinco o países pequeños por el Norte que no arriesgan mucho y se acomodan a casi todo porque son muy fuertes económica y socialmente y en tercer escalón estamos los medios, siempre bamboleantes, siempre pendientes y dependientes, siempre buscando alianzas puntuales y estratégicas. Y esto es así de sencillo y se hace más evidente cuando el cuarto escalón, está lleno de recién llegados con más necesidades que ofertas.Quejarse de ser ricos, o más ricos, es de tontos como tratar de engañar diciendo que la negociación en si misma ha sido un éxito. Pues no. Ni una cosa ni otra: cobraremos bastante menos porque estamos mejor y porque no somos una primera potencia en Europa. Si nos dijeran esto, tal vez incluso lo entenderíamos.

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