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TRIBUNA

A propósito del ferrocarril: rectificar es de sabios

Publicado por
ÓSCAR GARCÍA LUNA
León

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CARTA ABIERTA a mi amigo Cecilio Vallejo, ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de León. Querido Cecilio: He leído con atención (y con repetición) tu escrito que publica en Tribuna el Diario de León el pasado día 24 y te confieso que me ha costado asociar lo que se dice en el cuerpo del texto y tu firma en el encabezamiento del mismo. De hecho lo primero que tuve que hacer tras leerlo, fue mirar la fecha, por si, sin yo darme cuenta, estaba leyendo el Diario de León del día 28, festividad de los Santos Inocentes, en el que tradicionalmente se nos suele regalar con alguna noticia más en la esfera de las tradicionales «inocentadas» que de los contenidos habituales informativos de una publicación diaria. Si mal no he entendido, planteas que la situación de los estudios ferroviarios en este momento posibilita que la solución del ferrocarril sea de mucho más calado que la que hasta ahora se venía propiciando y que, recogiendo el sentir de muchos leoneses, se debería de establecer mayor cota de soterramiento y mayor longitud del mismo, dando posibilidades de prolongación a las nuevas grandes vías de circulación de vehículos y peatones a los dos lados de la actual barrera ferroviaria, eliminando plataformas y cambios de nivel a ambos lados del ferrocarril. En definitiva, integrando en vez de separar. Me ha sorprendido muchísimo comprobar que es curioso que, en este momento, defiendas una solución que antes, cuando ostentabas responsabilidades políticas en le Ayuntamiento de León, rechazabas incluso airadamente. Quizás el lector no sabe o ya ha olvidado que el promotor del raquítico soterramiento que aún hoy se maneja en los estudios ferroviarios, de la separación entre las dos ciudades a ambos lados del ferrocarril, de la definitiva separación entre los núcleos urbanos de León y Trobajo, de la plataforma elevada a 9 metros sobre los terrenos ferroviarios y de la necesidad de pasos de pendientes acusadas y perspectivas forzadas, fuiste tú desde la Concejalía de Urbanismo, en contra de opiniones y de estudios presentados por el colectivo de Arquitectos Urbanistas del Colegio de Arquitectos de León, representados por mí en la Comisión de Seguimiento del Plan General, y que, siguiendo ese criterio raquítico y especulativo, el actual Plan General de León condena a muchas zonas de la Ciudad al no existir una clara conexión a los dos lados del ferrocarril, y que para subsanar tamaño despropósito, habrá que hacer una importante reconsideración del plan, a los dos días de su reciente aprobación. Por eso me atrevo a pensar que tu postura actual está originada por el análisis que se deriva de tu integración en otra ocupación diferente, más arquitectónica y urbanística que de las responsabilidades políticas, porque, conociéndote de muchos años, me resisto a pensar que este cambio de postura tan radical, diametralmente opuesta a la que defendiste y propiciaste en tu paso por la Concejalía de Urbanismo, esté relacionada con el cambio político a nivel nacional de responsabilidades en la dirección y puesta definitiva en práctica de la llegada del AVE, o con manifestaciones destinadas a crear opinión sobre futuribles promociones personales a responsabilidades políticas, o cualquier intención de otra índole que no sea la puramente urbanística o de reflexión sobre los problemas de la ciudad. Por supuesto, amigo Cecilio, como en su día te puse de manifiesto reiteradamente y te demostramos mediante gráficos, perfiles y esbozos de soluciones en las Comisiones de Seguimiento del Plan General, la solución que manejabas desde tu concejalía para le ferrocarril era mala, desintegradora, parcial y altamente especulativa. No resolvía más que la llegada de la alta velocidad desde el punto de vista del blindaje de la barrera ferroviaria hacia su entorno, de la solución puntual del paso a nivel del Crucero y de los aprovechamientos especulativos a la inmensa mina de oro que representaban los terrenos vacantes de Renfe en el centro de la ciudad sobre la que ya desde entonces, existen grandes ambiciones del sector inmobiliario de León. Pero nada más. Absolutamente nada más. La llegada histórica del AVE a León se desperdiciaba desde el punto de vista urbanístico como signo de modernidad, integración y dinamismo para una nueva ciudad, sobre todo en un oeste tan necesitado de nuevos impulsos. La solución que propiciabas ni hacía ciudad, ni servía para que el continuo León-Trobajo del Cerecedo-Santovenia, adquiera un carácter urbano coordinado y racional, ni era una operación urbanística en el sentido que se debe dar a la palabra, no especulativo, sino de la ciencia que busca las mejores soluciones para el desarrollo racional y armónico de la ciudad. Por eso, y aunque celebro tu vuelta a la normalidad de los planteamientos urbanísticos sensatos para la ciudad (aprovecha, por favor y dile a la concejala de Urbanismo actual que se olvide de ese gran error urbanístico que significa hacer del subsuelo del centro de las ciudades un gran negocio para que el automóvil tenga facilidades de colapsarlas aún más), me permito, con el cariño que sabes te tengo, pegarte un tirón de orejas, y recordarte que aunque el refrán dice: «Más vale tarde que nunca...», hubiera sido mejor que cuando ostentabas responsabilidades urbanísticas en la ciudad, hubieras dejado que el sustrato urbanístico y profesional que yo sé que tienes, hubiera aflorado por encima de los compromisos partidistas y vocacionales políticas con los que también convives, porque, aunque todavía se puede solucionar el entuerto, ¿no te parece que hubiera sido más sensato empezar desde el principio defendiendo lo que es más racional urbanísticamente y más atractivo para la ciudad? A pesar de todo, y con el deseo sincero de que esta carta no sea publicada el día 28 de diciembre, te mando un abrazo celebrando tu recuperación para la ciencia urbanística.

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