Y los partidos catalanes

CENTREMOS hoy el análisis en las consecuencias que el desenlace del Estatut puede tener para los partidos catalanes y el Gobierno de la Generalitat. Si la ley sale adelante en el Congreso, previsiblemente con todos los votos excepto los del PP, tanto el tripartito como cada uno de los partidos saldrían reforzados y consolidada su influencia y protagonismo en la política y en la sociedad catalanas. Incluido CiU, aunque no forma parte del tripartito y que quién sabe si no se convertiría en cuatripartito, con la inclusión de la formación de Artur Mas, como una de las cuatro triunfadoras. Los lazos del mundo político catalán con el Gobierno socialista y el PSOE se reforzarían de forma extraordinaria, lo que además tendría efectos muy benéficos para la mejora del clima social y político compartido por Cataluña y el resto de España. Pero si el Estatut fracasara y no hubiera acuerdo parlamentario entre catalanes y PSOE y demás partidos (excepto el PP, claro), lo previsible es una gran crisis política, de la que muchas cosas podrían saltar hechas pedazos. Seguramente, los partidos catalanes se enemistarían entre sí y se echarían culpas unos a otros, desde luego entre CiU y los demás. El Gobierno de Pasqual Maragall podría entrar en liquidación, con la consecuencia de adelanto inmediato de las elecciones autonómicas. Las relaciones entre el PSOE y el PSC tal vez no aguantaran la prueba. El Gobierno de Zapatero quedaría tambaleante, pues le fallarían apoyos básicos, con lo que o seguiría en precario o el presidente convocaría elecciones nacionales anticipadas. Asistiríamos a la orgía de felicidad del PP, que saldría muy reforzado de la catástrofe.