Diario de León

EN EL FILO

El PSOE anuncia sus sueños

Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

Creado:

Actualizado:

LOS PARTIDOS políticos también son humanos, hacen proyectos, acarician ilusiones y frecuentemente se autoengañan. Humanos puros. El PSOE inicia el nuevo año con el objetivo de ampliar su mayoría en las elecciones del 2007, que serán autonómicas y municipales. Y, por supuesto, en ganar con holgura las generales del año siguiente. Esto es, al menos, lo que acaba de anunciar José Blanco, número dos en el organigrama socialista. Se reunirá el próximo día 21 el comité federal del partido para fijar la estrategia a desarrollar este año. Ningún estratega ignora que toda estrategia, además de indicar los objetivos concretos, debe valorar las resistencias que aparezcan en el camino. Los objetivos son fáciles de señalar; las resistencias, en cambio, son difíciles no sólo de prever sino, previstas o reales, de vencer. Hay veces, incluso, en que aparece resistencia en los mismos órganos de decisión. En el interior del PSOE y de su comité federal hay barones racional o emocionalmente jacobinos. Se trata de militantes que sostienen la vieja idea socialista de que con el Estado no se juega, de que se puede descentralizar hasta el binomio de Newton, pero en ningún caso fraccionar la maqueta del Estado. Como símbolo de eficacia aglutinante. Zapatero va a almorzar con ellos la próximo semana, tanto para tranquilizarlos con respecto a las negociaciones estatutarias como para sentirse él mismo tranquilizado. Dado lo que arriesga el PSOE y personalmente Zapatero en el nuevo estatuto catalán, no es de prever que los barones jacobinos se atrevan a poner bastones en las ruedas de un acuerdo entre el Congreso de los Diputados y el «parlament» de Cataluña. En nombre del Gobierno socialista ya ha bajado Pérez Rubalcaba a la arena de la negociación con los cuatro partidos proponentes del borrador estatutario. Y Zapatero aparecería previsiblemente en la recta final de las negociaciones, o de los desacuerdos, para recordar la evidencia de que él único vencedor en el fracaso del «Estatut» sería el Partido Popular. Y frente a un PP gratuitamente triunfal, los partidos implicados en el fracaso estatutario pagarían un alto precio político. La controvertida figura de Pasqual Maragall aceleraría su proceso de evaporación; el PSC podría verse aminorado por CiU, que es evidente que está dispuesto a jugar sus cartas nacionalistas hasta el último minuto sin romper la baraja, para ser considerada inocente. Por su parte, Esquerra Republicana se retiraría del primer plano para observar con perspectiva la nueva situación, en la que acariciaría la ideas de seguir teniendo protagonismo, e ICV regresaría a su retaguardia municipal. Pero el gran perdedor sería al final el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, personalmente, y el PSOE en su conjunto, que habría comprometido su continuidad en el poder político por una revisión del Estado de las Autonomías, para adecuarlo, eso sí, a los nuevos tiempos, pero sin haber fijado previamente límites infranqueables a las aspiraciones nacionalistas, si se manifestasen desmedidas. De ahí que la estrategia del PSOE para este año no debiera ignorar la posibilidad de un fracaso estatutario que le deje sin la menor estrategia. Es posible, sin embargo, e incluso muy probable que antes de fin de mes se acuerden entre el Gobierno y los partidos catalanes, sin los «populares» de Josep Piqué, las enmiendas que en la comisión constitucional encajarán el texto estatutario dentro de la Constitución. Y en ese caso, serían varios los vencedores políticos frente a un solo perdedor, el PP. El PP se vería obligado nuevamente a representar en su buscada soledad política el papel de conciencia del unitarismo.

tracking