Galleguista y leonesista

ESTA SEMANA en el Bierzo volvimos a tener otra ración de pueril nacionalismo. El demonio, cuando no tiene otra cosa mejor que hacer, lapida moscas con el rabo. Esto es a lo máximo que aspiran cuatro aprendices de política insulsa y sin ideas, cuatro mal llamados leonesistas y otros cuatro galleguistas acarajotados, que juntos entran en el asiento trasero de un Seat 600. La gente, creo que circula por otra carretera. Tiene otra altura de miras. Me da pudor presentar mis credenciales leonesistas y galleguistas, pero para tranquilidad de algunos cuento que me nacieron en Galicia, estudié la EGB, el BUP y el COU en los Salesianos de Cambados (Pontevedra) y León, y llevo muchos años en el Bierzo. Defiendo mis raíces como el que más. Pero, ya está bien de que cuatro bobos solemnes pretendan enrarecer el ambiente, se dediquen a dividir y a buscar la pureza de lengua. Ya sabemos cómo acabó lo de la pureza de sangre. El tema es el de siempre y ya aburren a la nación: Que si en el Bierzo se habla el leonés, que si en el Bierzo lo que manda es el gallego. Aprecio mucho listillo. Por un lado unos leonesistas un tanto envidiosillos porque en escuelas del Bierzo se estudia el gallego como lengua optativa, esa que se inventaron hace apenas unos años en Santiago de Compostela. Y por otro, a unos galleguitos que han localizado la piedra filosofal para encontrar trabajo y meter la cuña siempre que pueden. Nada, puñeteros. ¡Dejad de marear al personal con vuestros complejos de inferioridad o superioridad!. Esta semana vino el actor Luis Tosar a Ponferrada para recibir un premio, y el presidente del Consejo Comarcal berciano ofreció su discurso en gallego. Bueno, pues a alguno se le atrangantó su acento hasta tal punto que han pedido su dimisión. ¡Hombre!, el socialista González Saavedra tiene muchos flancos débiles -como todos-, pero no creo que por hablar en gallego en un acto puntual, haya que crucificarlo. Soy de los que entiendo que es mejor sumar que restar. El que quiera hablar en gallego, que lo haga. El que lo quiera hacer en llionés, pues lo mismo. Siempre dentro del respeto a las mínimas normas de convivencia y como arma fundamental para el entendimiento. Y si opta por el inglés, pues también. ¿Porqué esa manía de algunos politiquillos de colocarle puertas al campo y teledirigirnos la existencia? Se palpa cuando alguien quiere a su lengua, a su tierra, a sus cosas. Siempre en sus palabras se aprecia la dosis de cariño, de afabilidad, de concordia, de intentar enriquecer el espíritu con lo que aporta el otro. Pero, si nos fijamos, cuando no es así, cuando hay radicalismo, lo que se ve -a parte de ignorancia-, es resquemor y mala leche. Voto por el leonesistagalleguista. Y para quitarle hierro a la cosa, no me resisto a contarles el último modelo en gestión de fondos públicos. Pasó el fin de semana en Santo Tomás de las Ollas (Ponferrada). Como la pedanía obtuvo superávit de fondos, a su presidente se le ocurrió invitar a todo el pueblo a comer cochinillo asado en Segovia. Fletó un autobús con 50 y para allá. Eso sí es modelo de convivencia. ¡Con dos! Ya me veo con mis vecinos en el Caribe con los dineros de Pongesur.