Humillado

Algunos, sobre todo los más jóvenes quizá no te conocieron, ni te recuerdan. A ellos debemos decir que fuiste uno de esos hombres que, durante los últimos años de la larga noche de la clandestinidad política, y en la más cercana transición democrática, pusieron por delante la recuperación de las libertades colectivas, las de todos, a su libertad individual, su tiempo y bienestar, y a veces, de forma altruista y generosa, sus propios recursos económicos. Siendo estudiante en tu Valladolid natal, militaste en las Juventudes Socialistas y, en los albores de la incivil Guerra, participaste en las revolucionarias Juventudes Unificadas, fuiste también uno de los jóvenes atletas que participaron en las Olimpiadas de Barcelona de 1936 y padeciste en unión de tu familia la represión y humillación sólo por luchar por unos ideales, que buscan una sociedad mejor,... sin clases, en la que los hombres fueran dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes. Recordar también que fuiste un ferroviario de vocación; cual antiguo maquinista o fogonero, aunque tu misión era la de inspector de circulación; por tenías unas fuertes convicciones reivindicativas que te llevaron finalmente a la Secretaria General de la UGT de León en 1.977 donde viviste unos intensos e ilusionantes años. Y hay que recordar también que tu vocación verdadera era la política y el objetivo era conseguir, mediante la democrática participación popular, esa sociedad ideal de t us sueños que tu Partido Socialista defendía y tu participación como concejal del Ayuntamiento de tu León de adopción, o en Caja España, procuraba. Hay que decir que tus méritos políticos merecieron otros reconocimientos en las listas electorales del PSOE, que tú supiste sacrificar sobre todo por tu vocación sindical, pero ningún otro candidato se merecía como tú esa dignidad. Otros, que tantas horas y situaciones pasamos contigo, ya te reconocimos en el 2.003 con la distinción como veterano socialista, pero no hacen mérito a tus muchos esfuerzos, dedicaciones, sufrimientos y luchas, por y para los trabajadores y el socialismo leonés. Decir que de ti recibimos, sensatez, lealtad y buenos consejos, que algunos nunca olvidaremos y que, con el paso del tiempo, hemos sabido comprender. En cualquier caso nos sentimos orgullosos de haber tenido a nuestro lado a un hombre cabal, honrado, al que le sobraban horas para dedicarlas a la causa, en la UGT o en el Partido, y desde los primeros momentos. En definitiva un Hombre de Bien, un Socialista. No olvidaremos cómo tu aportación, entre otras, contribuyeron e hicieron posible el reencuentro de las dos españas, recordaremos tus intervenciones en los actos de la campaña a favor de la Constitución Española de 1.978; tus posicionamientos en el Ayuntamiento de León, durante el corto mandato de Pérez de Lera, y posteriormente de Juan Morano; o tus esfuerzos para conseguir una Caja España con un mayor y mejor contenido social. Pero, eso sí, te recordaremos como a uno de aquellos que hicieron posible que la democracia, el sindicato y un partido centenario resurgieran de las cenizas de una cruel e injusta dictadura.Te recordaremos y te agradeceremos siempre el haber sido como eras, agradecimiento que nunca será suficiente, porque inmensa fue tu entrega y tu esfuerzo... Un esfuerzo del que nada esperaste, recibiendo a cambio, en ocasiones, el olvido o la indiferencia. Sólo queremos decir que hombres como tú, hacen honor al pensamiento que expresa que «los socialistas no se entierran ,se siembran¿». Maximino Barthe Arias, Angel Capdevila Blanco, Henar Corbi Miurgi, Andrés Fernández, Felipe Martínez Cañibano, Alberto Pérez Ruiz. Quiero dar las gracias a todo el personal sanitario y administrativo por lo bien que han atendido a mi hermana M.ª Villafrías desde el momento de su ingreso hasta su fallecimiento ocurrido el día 13 y por el apoyo a nuestra familia. Rosario Fernández Díez (León). Daniel Ortiz Guerrero (León).