La tele

¡QUÉ VIEJOS nos estamos haciendo! Hace medio siglo que el Real Madrid inició el camino a la leyenda ganando su primera copa de Europa y un electrodoméstico de aspecto bastante estrafalario, apodado la caja tonta por los más estrictos, se convertía en la ventana cotidiana que revolucionó para siempre las costumbres españolas. Icono visual de confort y modernidad, la naciente tele tenía un montón de ventajas: era apta para todos los gustos y a través de aquella gigantesca pantalla se fueron colando, a pesar del férreo control franquista, las primeras rendijas de libertad y un cóctel de emociones y vivencias que transformaría el universo cateto y provinciano del país. La tele también ha tenido sus detractores. Desde ser considerada el único somnífero que se toma por los ojos, y más en estos tiempos de petardeo inclemente, hasta la reflexión del gran Fellini a propósito de que la televisión es el espejo donde se refleja la derrota de cualquier sistema cultural. Seguramente tienen razón, pero los que hemos crecido casi en paralelo con Televisión Española la consideramos como alguien de la familia, y en muchos casos bastante mejor que la propia parentela. Vaya un ramalazo de nostalgia le producen a uno las imágenes retrospectivas que se están pasando de la familia Telerín y su atinada recomendación sobre la hora de irse a la cama, series como Los intocables o la más reciente Verano azul , las galopadas veraniegas de Miguel Induráin por las carreteras francesas e incluso las ojeras de Arias Navarro cuando anunció en 1975 la muerte de Franco. Todo un recreo para la vista en el medio centenario que va a cumplir nuestra tele. 1397124194